Dso-25 – CONDECORACIÓN A INSIGNES CULTORES VENEZOLANOS. – 26 de septiembre de 2022.

ABORDAJE

1.El pasado sábado 24 de septiembre consigné ante la 77 Asamblea General una “Carta para la Humanidad”, donde abordé algunos temas coyunturales de interés internacional, sin descuidar lo importante: el llamado a construir un mundo común, desde la interculturalidad, desde el respeto y la valoración positiva de la pluralidad, en definitiva, desde un cambio ético de las potencias que nos permita pensar como humanidad. Insistiremos en ello. Yo creo en la palabra, en la razón y en la sensibilidad de los pueblos como antídoto al colapso, porque vengo de un pueblo que dialoga, que sabe pensar, que ama la vida y se compromete con ella.

2. Occidente vive un situación grave que está poniendo en riesgo la vida en el planeta de muchas maneras: la crisis climática, la crisis alimentaria, la crisis energética, la crisis bélica, todas confluyen y se retroalimentan entre sí como una tormenta perfecta. La raíz de esta crisis multidimensional es la descomposición de los valores civilizatorios de Europa y EE.UU, que han sido sustituidos por la prepotencia política, la codicia material y el supremacismo cultural. Tres rasgos del delirio imperialista que ya el siglo XXI no tolera como orden mundial.

3. El colonialismo político y económico es expresión del complejo de superioridad cultural que padecen los viejos imperios. Los pueblos del Sur despertaron para siempre y hoy nos movemos hacia la descolonización, hacia el encuentro con nuestras raíces históricas, hacia la emancipación científica, estética y cultural. Del triunfo de la pluralidad cultural depende la paz y el equilibrio universal del que hablaba Bolívar.

4.Siempre he dicho que Venezuela es una potencia moral y que su arma secreta es la consciencia sensible del pueblo. Esa mezcla de espiritualidad, identidad y capacidad política representa el cambio más importante que haya hecho la Revolución Bolivariana: el cambio ético. La razón por la que ni el bloqueo, ni las agresiones paramilitares, ni la propaganda de guerra más perniciosa han podido doblegarnos es una muy simple, nuestra resistencia es la poesía, la danza, nuestro renacimiento es el canto, el cine, la historia, el teatro. Nuestra revolución es, esencialmente, una revolución cultural.

1-EL PASADO SÁBADO 24 DE SEPTIEMBRE CONSIGNÉ ANTE LA 77 ASAMBLEA GENERAL UNA “CARTA PARA LA HUMANIDAD”, DONDE ABORDÉ ALGUNOS TEMAS COYUNTURALES DE INTERÉS INTERNACIONAL, SIN DESCUIDAR LO IMPORTANTE: EL LLAMADO A CONSTRUIR UN MUNDO COMÚN, DESDE LA INTERCULTURALIDAD, DESDE EL RESPETO Y LA VALORACIÓN POSITIVA DE LA PLURALIDAD, EN DEFINITIVA, DESDE UN CAMBIO ÉTICO DE LAS POTENCIAS QUE NOS PERMITA PENSAR COMO HUMANIDAD. INSISTIREMOS EN ELLO. YO CREO EN LA PALABRA, EN LA RAZÓN Y EN LA SENSIBILIDAD DE LOS PUEBLOS COMO ANTÍDOTO AL COLAPSO, PORQUE VENGO DE UN PUEBLO QUE DIALOGA, QUE SABE PENSAR, QUE AMA LA VIDA Y SE COMPROMETE CON ELLA.

-Hemos estado siguiendo muy de cerca los discursos de los presidentes, primeros ministros, cancilleres y líderes del mundo en la 77 Asamblea General de la ONU. Haciendo un balance podemos decir que las posturas se han dividido y agudizado en dos frentes: por un lado el de una minoría de países que se enfrascan en afianzar la conflictividad mediante el ejercicio propagandístico de la postura imperial, inamovible, irracional, conflictiva y completamente cerrada a escuchar las razones de los demás; por otro lado y en contraste, está la apuesta de una gran mayoría que coincidimos en la necesidad de abordar los problemas mundiales de una manera radicalmente diferente, es decir, convocando al diálogo, a los cambios esenciales en el orden mundial y proponiendo una agenda común para soluciones urgentes.

-Venezuela, como ha sido siempre, como es tradición de nuestra diplomacia bolivariana de paz, abogó por lo que consideramos el bien común: la paz y el diálogo civilizatorio, el equilibrio universal, el respeto al derecho internacional, el cese de las hostilidades injerencistas, el fin de las sanciones ilegales y, por encima de todo, el cambio ético-político en las élites que gobiernan de manera temeraria a Europa y los Estados Unidos.

-No quise enviar un discurso porque siento de corazón que la crisis mundial no está para monólogos. La mayoría de las veces por excesos retóricos y formalistas estos monólogos son la mejor manera de no decir nada. Si algo hemos aprendido nosotros, los venezolanos y las venezolanas, es el valor sagrado de la palabra. Honrar la palabra es una código ético muy nuestro que nos exige su uso consciente. Yo quise hablar desde el corazón y por eso envié una carta cuyo destinatario no es la burocracia internacional sino los pueblos del mundo, la humanidad, que es el sujeto más soslayado y olvidado en cada discurso.

-Quisimos, además, hablar desde una posición activa: la palabra tiene que conjugarse siempre con la acción. Mucho más en estos escenarios donde se concentra el poder político mundial. Por eso mismo les enviamos un mensaje a los pueblos del planeta, que son los que tienen la fuerza y la posibilidad de cambiar las cosas. Al fin y al cabo todos los presidentes, primeros, ministros y autoridades estamos donde estamos por la voluntad de los pueblos.

-Esta Carta aborda muchos aspectos que van desde lo más coyuntural, a lo que hay que darle respuesta inmediata, hasta lo esencial, donde creemos nosotros radica el problema estructural del sistema mundo.

-Yo invito a los cultores y cultoras, a los intelectuales y escritores, documentalistas, artistas en general, a que la lean, la discutan y sobre todo la respondan. De todo el pueblo espero una correspondencia con propuestas, con ideas. Pensar como humanidad: esa es la invitación que estoy haciendo. Desde lo venezolano, desde lo singular podemos y debemos entender la importancia de aportar a un nuevo mundo sin hegemonismos, sin colonizados ni colonizadores. Sólo nosotros, los pueblos del Sur, podemos ayudar al mundo a superar la crisis ética, moral, cultural que vive Occidente.

2. OCCIDENTE VIVE UN SITUACIÓN GRAVE QUE ESTÁ PONIENDO EN RIESGO LA VIDA EN EL PLANETA DE MUCHAS MANERAS: LA CRISIS CLIMÁTICA, LA CRISIS ALIMENTARIA, LA CRISIS ENERGÉTICA, LA CRISIS BÉLICA, TODAS CONFLUYEN Y SE RETROALIMENTAN ENTRE SÍ COMO UNA TORMENTA PERFECTA. LA RAÍZ DE ESTA CRISIS MULTIDIMENSIONAL ES LA DESCOMPOSICIÓN DE LOS VALORES CIVILIZATORIOS DE EUROPA Y EE.UU, QUE HAN SIDO SUSTITUIDOS POR LA PREPOTENCIA POLÍTICA, LA CODICIA MATERIAL Y EL SUPREMACISMO CULTURAL. TRES RASGOS DEL DELIRIO IMPERIALISTA QUE YA EL SIGLO XXI NO TOLERA COMO ORDEN MUNDIAL.

-Todas estas crisis que estamos viviendo ponen en peligro, como nunca, la existencia humana en el planeta para las próximas décadas. Estamos hablando de una posibilidad de colapso real, aquí y ahora. Algunos rasgos ya son irreversibles como el cambio climático, del cual vienen alertando los científicos hace mucho tiempo. Fidel Castro y el comandante Hugo Chávez fueron de los líderes mundiales más conscientes y preocupados por este problema. Otros se pueden revertir con mucho esfuerzo y cambios profundos del modelo, como la crisis alimentaria, consecuencia directa del impacto que ha tenido el desarrollo desigual del capitalismo y de las guerras que el propio capitalismo crea para su fortalecimiento económico y geopolítico. También está la crisis de la salud, que con la pandemia se agudizó de manera universal y que ha sumido a la humanidad en la vulnerabilidad social extrema.

-La crisis energética, asociada al modelo de consumo y la actual coyuntura del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia son, quizás, lo más grave que enfrentamos hoy. Ni la humanidad, ni la vida animal, ni el propio planeta, el ser vivo más maltratado, explotado y violentado de todos, soportarían una guerra mundial. Nadie contaría esa historia. Sería el fin.

-Todas estas crisis son consecuencia de la arrogancia, el negacionismo, la irresponsabilidad y el carácter autodestructivo del Capitalismo en su fase global. Por eso lo hemos planteado en términos de una crisis civilizatoria que padece occidente imperialista, que se niega a reconocer los nuevos liderazgos que ya están presentes: China, Rusia, Irán, India, Turquía, hoy conforman el eje de las potencias emergentes, con capacidad de integrar un nuevo orden multicéntrico, pluripolar e intercultural. Ahí está, a nuestro parecer, la ecuación para superar esta crisis multidimensional.

-La Venezuela bloqueada, agredida, que es la Venezuela que resiste y se reinventa, se ha propuesto como mediador entre el conflicto Rusia-Ucrania, se ha ofrecido como garante de la seguridad energética del mundo y ha propuesto desarrollar una agenda agraria con miras a contribuir a la solución del hambre que padece la humanidad. Esa vergüenza del siglo XXI es erradicable si trabajamos integrados y de cara a un mundo común de soluciones compartidas.

-Ponemos el acento en la necesidad de un diálogo de civilizaciones, de reconocimiento del otro, de respeto de las diferencias, de valoración de la pluralidad y en la imperiosa necesidad de integrar nuestras potencialidades.

3-EL COLONIALISMO POLÍTICO Y ECONÓMICO SON EXPRESIÓN DEL COMPLEJO DE SUPERIORIDAD CULTURAL QUE PADECEN LOS VIEJOS IMPERIOS. LOS PUEBLOS DEL SUR DESPERTARON PARA SIEMPRE Y HOY NOS MOVEMOS HACIA LA DESCOLONIZACIÓN, HACIA EL ENCUENTRO CON NUESTRAS RAÍCES HISTÓRICAS, HACIA LA EMANCIPACIÓN CIENTÍFICA, ESTÉTICA Y CULTURAL. DEL TRIUNFO DE LA PLURALIDAD CULTURAL DEPENDE LA PAZ Y EL EQUILIBRIO UNIVERSAL DEL QUE HABLABA BOLÍVAR.

-No nos equivocamos en haber fortalecido nuestra identidad nacional y en identificar las cadenas culturales y estéticas que mantuvieron el espíritu venezolanista humillado, subordinado a los modelos del norte. Es lo que Rodolfo Quintero denunció en su libro La Cultura del Petróleo: el nuevo coloniaje que nos divorció de nosotros mismos y nos degeneró a la subcultura del consumo y la imitación.

-Los inicios de esta Revolución fueron una apuesta por el rescate de la venezolanidad profunda: un país ausente se hizo presente con su fuerza multiétnica y pluricultural.

-De manera que tenemos moral para exigir al decadente imperio del norte que dé paso a una nueva época, donde las culturas, así en plural, las civilizaciones, también en plural, confluyan con su singularidad en una comunidad integrada y equilibrada.

-De eso depende la paz: del respeto a la diferencia, de la valorización positiva de lo plural. Es un cambio cultural lo que puede salvar a la humanidad de su autodestrucción.

4-SIEMPRE HE DICHO QUE VENEZUELA ES UNA POTENCIA MORAL Y QUE SU ARMA SECRETA ES LA CONSCIENCIA SENSIBLE DEL PUEBLO. ESA MEZCLA DE ESPIRITUALIDAD, IDENTIDAD Y CAPACIDAD POLÍTICA REPRESENTA EL CAMBIO MÁS IMPORTANTE QUE HAYA HECHO LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA: EL CAMBIO ÉTICO. LA RAZÓN POR LA QUE NI EL BLOQUEO, NI LAS AGRESIONES PARAMILITARES, NI LA PROPAGANDA DE GUERRA MÁS PERNICIOSA HAN PODIDO DOBLEGARNOS, ES UNA MUY SIMPLE: NUESTRA RESISTENCIA ES LA POESÍA, LA DANZA, NUESTRO RENACIMIENTO ES EL CANTO, EL CINE, LA HISTORIA, EL TEATRO. NUESTRA REVOLUCIÓN ES, ESENCIALMENTE, UNA REVOLUCIÓN CULTURAL.

-Nosotros venimos de un momento refundador que aún está produciendo cambios políticos, económicos, espirituales y culturales. La Constituyente de 1999 no ha terminado, es una fuerza inagotable que nos exige perfeccionar cada vez más nuestro modelo socialista y bolivariano.

-En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, muchos subestimaron el cambio simbólico de pasar de ser un país monocultural a uno multiétnico y pluricultural. Esta premisa está fijada no solo como concepto, sino como derechos concretos: los derechos culturales y educativos de nuestra patria fueron una ofensiva descolonizadora.

-Esa es la dimensión Robinsoniana de este proyecto: la creación de un sujeto, de un pueblo, emancipado desde su consciencia, desde su alma, desde sus valores. Que solo se logra con la educación, que prepara al ser para crear su destino. Razón y sensibilidad. Talento y probidad. Con los valores de la verdad, la belleza, la justicia, la virtud, que constituyen el ideal de una patria.

-Nuestra revolución es esencialmente Cultural. Nuestra resistencia ha sido efectiva porque bebe del néctar de los valores más elevados que haya conocido el ser humano: el coraje de ser libres, solidarios, justos y amantes de la verdad.

-Los cultores y las cultoras han mantenido vivo el fuego sagrado de la patria, en sus canciones, en sus poemas, en su manera de sentir y representar lo afirmativo venezolano. Ustedes son el arma de paz, de ternura y de futuro que blinda a esta revolución bonita.