Dso-26 – MENSAJE DEL PRESIDENTE NICOLÁS MADURO MOROS EN OCASIÓN DE LOS 201 AÑOS DE LA CONMEMORACIÓN DE LA BATALLA DE CARABOBO – 24 de junio de 2022

Queridos y queridas Compatriotas.

Hace exactamente un año estuvimos en el Campo Sagrado de Carabobo cumpliendo con nuestro deber: fuimos a dar el parte victorioso de la batalla que, 200 años más tarde, los venezolanos y venezolanas de bien dimos y seguiremos dando para proteger el legado de nuestros libertadores. Esta Patria que nos dieron en herencia, su independencia y su libertad, es una herencia que nosotros hemos sabido honrar y sobre todo salvaguardar en todas las circunstancias difíciles. El año 21 había llegado y se cumplía la profecía, pero también la voluntad del Comandante Chávez: la Revolución Bolivariana pasaba a una nueva etapa superior. Fue el año del inicio de la recuperación económica, de la fusión cívico militar y del mayor nivel de consciencia y de espiritualidad de nuestro pueblo. Con la conmemoración de los 200 años de La Campaña de Carabobo dimos inicio a la Era Bicentenaria 2022-2030, en la que hemos podido seguir con pasión patria la Campaña del Sur, que inició inmediatamente después del gran triunfo de la República sobre el Imperio. Preguntaba en este Campo Sagrado, ante la llama que simboliza la fuerza libertaria e inagotable de nuestros próceres, ¿Por qué Bolívar no se conformó con semejante triunfo, por qué no se quedó en Caracas a gobernar en paz, desde una oficina? ¿Es que no lo había dado todo ya, es que 10 años de guerra y desasosiego no le merecían un descanso al General Bolívar? Y respondimos con los propios hechos históricos: si no era libre el último país de América no lo sería ninguno. El Libertador, que era un gran genio militar y político, sabía que al Imperialismo había que arrancarlo de raíz de nuestra faz o volvería a reproducir su mala hierba. Si nos dormíamos en los laureles más temprano que tarde ejecutaría su revancha. Se fue entonces con su ejército a liberar a otros pueblos en La Campaña del Sur. Este año hemos rendido tributo a las Batallas de Bomboná y de Pichincha, así como al encuentro de Simón Bolívar con Manuela Sáenz, el gran acontecimiento del amor de dos gigantes.

Queridos compatriotas, todo lo que queramos saber de nuestro presente y de nuestro futuro tiene una respuesta en nuestra memoria histórica. La índole de este pueblo, su valentía, su capacidad de resistencia, su espíritu guerrero, insumiso y amoroso con lo que le es propio se forjó en este Campo: ayer hoy y siempre, recinto de los invictos.

Por eso no podemos dejar a un lado la historia. Debemos estudiar la Campaña de Carabobo con devoción y consciencia de que estamos leyendo nuestro tiempo actual.

La victoria de las fuerzas revolucionarias patriotas en la Batalla de Carabobo del 24 de junio de 1821, tengámoslo siempre presente, es la más grande hazaña militar que se haya realizado sobre un imperio. Ideada por el Libertador Simón Bolívar desde 1820 y puesta en marcha a partir del 28 de abril de ese año, requirió unidad, ingenio y coraje. El día anterior se había cumplido el plazo del cese de hostilidades estipulado en el Tratado de Armisticio firmado en Trujillo cinco meses atrás. Dos factores aceleran la ruptura de la paz: en primer lugar, la incorporación de la provincia de Maracaibo a la República de Colombia, el 28 de enero. Esta región había permanecido fiel al rey español durante 11 años y tras declararse Independiente de España, consigue la protección de las armas colombianas; y en segundo lugar, la negativa de las autoridades coloniales a suscribir un nuevo armisticio propuesto por Bolívar en abril de 1821.

Para la Campaña de Carabobo, Bolívar desarrolló un planeamiento estratégico en el que por primera vez, en los 11 años de guerra, se cuenta con fuerzas capaces de desplegarse en el norte, sur, este y oeste del territorio venezolano. El plan de El Libertador se centró en tres objetivos: 1) Control del occidente del país con los contingentes provenientes de la Nueva Granada, Maracaibo, Coro y Barquisimeto, dirigidas por el General Rafael Urdaneta y el Coronel José de la Cruz Carrillo, quien comandaría los movimientos de tropas desde Trujillo, pasando por El Tocuyo, Nirgua y Valencia. 2) La concentración del grueso del ejército en un punto central entre Guanare y San Carlos, a cargo del General José Antonio Páez, quien partiría desde Achaguas con el grueso del ejército libertador y 3) El avance hacia la región central desde el oriente venezolano y la división de las fuerzas realistas con la toma de Caracas, comandada por el General José Francisco Bermúdez. Por su parte Bolívar, a la cabeza del Batallón La Guardia¸marcharía desde Barinas hasta Cojedes.

La batalla en el Campo de Carabobo comenzó en horas de la mañana del 24 de junio de 1821. El Libertador Simón Bolívar ha organizado las fuerzas patriotas, que suman a más de 6.500 combatientes, en tres divisiones: Primera División (vanguardia), comandada por el general José Antonio Páez; Segunda División (centro), encabezada por el General Manuel Cedeño y Tercera División (reserva), liderada por el Coronel Ambrosio Plaza. La división de vanguardia contaba con dos batallones de infantería y siete regimientos de caballería. Uno de esos batallones es el Bravos de Apure y el otro, el Cazadores Británicos, rebautizado como Batallón Carabobo después de la batalla. El enemigo, comandado por el Mariscal de Campo Miguel de la Torre, cuenta con unos 4.300 soldados que están dispuestos de la siguiente manera: División Vanguardia, a cargo del General Francisco Tomás Morales; Primera División, encabezada por el Coronel Tomás García y la Quinta División, mandada por el Coronel José María Herrera.

Cifras aproximadas señalan que el bando realista perdió 2.500 combatientes y más de 2.000 quedaron heridos. Por su parte, las fuerzas patriotas contaron 300 bajas entre fallecidos y heridos. Destacan el General de División Manuel Cedeño y el Coronel Ambrosio Plaza, quien por solicitud de Bolívar recibió el ascenso post mortem a General de División. Otra figura y símbolo de la lucha del pueblo venezolano, Pedro Camejo, el popular Negro Primero, también perdió la vida aquel día en Carabobo. La marcha de El Libertador continuó hacia Valencia y Maracay, hasta que el 29 de junio entra finalmente en Caracas: se había roto para siempre el estigma de la Emigración a Oriente sucedida siete años atrás con el fin de la Segunda República venezolana.

Carabobo es una victoria del pueblo en armas. El Ejército Libertador que triunfa en Carabobo está integrado por una gran diversidad de hombres y mujeres de distintos orígenes socio-económicos, étnicos, nacionales y culturales. Luego de 11 años de lucha, los patriotas representaban una amplia fuerza popular, integrada por blancos mantuanos y canarios, pardos, mulatos, negros e indígenas.

El logro político de esta gesta sigue siendo hoy determinante para continuar defendiendo nuestra soberanía. Tras la victoria militar que tuvo lugar un día como hoy, hace 201 años, las fuerzas patriotas alcanzaron una notable victoria civil con la instalación del primer Congreso Constituyente de Colombia realizado en la ciudad de Cúcuta, desde el 6 de mayo al 3 de octubre de 1821. De las 19 provincias que integraban el territorio, resultaron electos 95 diputados quienes, a los 18 días de haberse ganado la Batalla de Carabobo, promulgan la primera Constitución de la República de Colombia y eligen al Libertador Simón Bolívar y al general Francisco de Paula Santander como Presidente y Vicepresidente de la República, respectivamente. Esta nueva Carta Magna estableció el sistema democrático, así como una forma de gobierno central que integra a los departamentos de Venezuela, Cundinamarca (incluida Panamá) y Quito, un territorio que permanecía entonces bajo el control de la corona española.

Con Carabobo inicia además la necesidad de unidad entre los pueblos anti-imperialistas, de lo que José Martí llamó Nuestra América. Sin la contundente victoria del 24 de junio de 1821 no se habría iniciado la Campaña de liberación del Sur y sin ésta el Imperio español habría tenido espacio y tiempo para reorganizar sus fuerzas. Por eso, el Libertador Simón Bolívar desplegó su visión estratégica continental y desarrolló un plan para unificar los esfuerzos por la Independencia americana. Entra en comunicaciones con los líderes patriotas Bernardo O’ Higgins y José de San Martín, quienes conducen los ejércitos que enfrentan al rey español en Chile y Argentina, respectivamente.

En 1822, Bolívar lidera las victorias patriotas en Bomboná y Pichincha y en adelante, las ciudades de Quito y Guayaquil que actualmente integran a la República de Ecuador, se incorporan a la nación colombiana. Para 1824 otros dos triunfos guiados por el Libertador y el Gran Mariscal Antonio José de Sucre, en las batallas de Junín y Ayacucho, marcan el fin de 300 años de colonialismo español en América. Así inicia un nuevo tiempo histórico para los pueblos americanos y para el mundo.

Hoy quiero en este mensaje, honrar, en nombre de todos los patriotas, a ese pueblo en armas de entonces y al que hoy viste, en perfecta unidad, el digno uniforme patrio y sostiene la misma bandera tricolor inexpugnable. Hoy, día del Ejército Nacional, componente fundamental de nuestra gloriosa Fuerza Armada Nacional Bolivariana que se ha fundido en cada tormenta a nuestro pueblo. Son 212 años de gloriosa existencia y no hay mejor tributo para los héroes y heroínas de ayer y de hoy que recordar, hacer consciencia de todo el sacrificio que hicieron nuestros próceres y que nosotros seguimos haciendo por mantenernos invictos contra todo imperio, contra toda fuerza enemiga que quiera esclavizar y violar nuestra sagrada patria. Honor y gloria a nuestro ejército libertario. Honor y gloria a la gesta que dio origen a la libertad de nuestras naciones.

La hazaña de Carabobo está escrita en nuestra sangre, en nuestra alma.

¡Somos los mismos de hace 201 años!

¡Invictos ayer, invencibles hoy!

¡Que viva Bolívar!

¡Que viva Colombia la Grande!

¡Que viva el espíritu inmortal de Carabobo!