Dso-12 – MENSAJE DE FIN DE AÑO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, NICOLÁS MADURO MOROS. – 31 de diciembre de 2021.

Queridos y queridas compatriotas: se va el 2021 y todavía se logra ver en el cielo el último brillo de su paso renovador por esta tierra. Sin lugar a dudas un año místico para nuestra Patria. Llegó cargado de una fuerza que impregnó el espíritu nacional y que se ha quedado para siempre en nosotros. Es la fuerza de la dignidad. Un año inolvidable por su contenido histórico y por lo que significa para nuestro devenir.

Conmemoramos nada más y nada menos que el Bicentenario de la Batalla de Carabobo, es decir, de nuestro nacimiento como República independiente luego de muchos años de lucha, de dificultades y sacrificios, pero sobre todo, de una inquebrantable fe en nuestras propias capacidades. Hace dos siglos nuestros héroes y heroínas conquistaban los más grandes tesoros que pueda poseer un pueblo: la libertad, la soberanía y la esperanza; tres virtudes sin las cuales no existiría la justicia, el bienestar y la prosperidad social que hoy gozamos. Los libertadores y libertadoras que fundaron la Gran Colombia e inspiraron con su valentía a todo un continente, eran conscientes de algo: lo que en verdad habían conquistado en el campo de Carabobo era el futuro. Sabían que esa libertad y esa independencia iba a ser el patrimonio y la gloria de los nietos de sus nietos, es decir, de quienes hoy cantamos el himno e izamos la bandera 200 años después, como muestra de gratitud y fidelidad a la causa patriota. Quienes tuvimos el privilegio de conmemorar el bicentenario de la gran Gesta Bolivariana tenemos hoy la mirada puesta en el presente y la voluntad de hacer lo que corresponde a un pueblo para perpetuar muchos siglos más el destino de esta patria soberana.

El 2021 será inolvidable también por las victorias obtenidas colectivamente aquí y ahora. Y antes de que suene el cañonazo y recibamos los primeros vientos del nuevo año, quiero repasar junto a ti, compatriota, las metas que juntos alcanzamos.

La beatificación del Dr. José Gregorio Hernández fue una de las noticias más celebradas por el pueblo creyente, dentro y fuera de nuestras fronteras. Con el reconocimiento de su milagrosa labor como médico y hombre de buen corazón, se reivindica en José Gregorio el valor de la solidaridad, de la hermandad, de la ayuda a los más necesitados. Amar a otros como a ti mismo, dice la Biblia, y eso hizo el médico de los pobres, por eso su ejemplo nos guía e inspira hoy para continuar la batalla contra la Pandemia del Covid-19. Cerramos el año con buenos resultados. Hemos alcanzado la meta de vacunación, con mucho sacrificio y también con mucha satisfacción, pudimos cumplirle al pueblo venezolano en el cuidado de su salud y de la vida. La firmeza del pueblo ha sido el gran antídoto contra la enfermedad pero también contra el bloqueo criminal que persiguió en vano cada medicamento y cada vacuna. Puedo decirlo con responsabilidad: Venezuela está preparada para seguir mitigando el impacto del Coronavirus ante las nuevas mutaciones que van apareciendo. Contamos con un pueblo consciente, solidario y con una Revolución que ha superado duras pruebas estos últimos 21 meses de emergencia sanitaria global. En enero iniciaremos el plan de refuerzo para toda la población, y con el favor de Dios y la ayuda de José Gregorio, seguiremos airosos en esta lucha diaria por la vida.

Por mucho tiempo recordaremos este año también por ser el de la institucionalidad democrática y de la consolidación de la paz social. Quiero reconocer la gran labor que han hecho todos los poderes del Estado, en este sentido. La Asamblea Nacional enriqueció nuestra arquitectura legal adaptándola a los nuevos tiempos y a la necesidades del país. El Poder Judicial avanzó en reformas necesarias para garantizar la justicia nacional con eficiencia y calidad. El Poder Electoral, renovado, convocó y celebró con éxito las megalecciones municipales y regionales, ratificándose así la vitalidad de nuestro proceso democrático y la vocación pacífica de nuestro pueblo, a quien debemos todos los honores, pues le ha dado al mundo una nueva lección de soberanía política. Ese pueblo, en su gran mayoría, apostó una vez más por el Socialismo Bolivariano y nuestro compromiso de hacer de este proceso una experiencia humanamente gratificante se crece, se fortalece y se reinventa como el tiempo nuevo.

– También en este tiempo hubo héroes y heroínas que le recordaron al mundo la grandeza de nuestro nombre y que llevaron los símbolos que nos une a todos como a una misma familia, a lo más alto y lo más lejano de este mundo. Otra razón para no olvidar el 2021 es que ha sido el mejor año deportivo de nuestra historia, conquistando 12 medallas y 23 diplomas olímpicos y paralímpicos. Todavía nos conmovemos al ver a esta Generación de Oro en las Olimpiadas, en el mundial de Béisbol, en los Juegos Panamericanos, en el ciclismo, dando la pelea y triunfando por amor al tricolor, a su tierra, a su gente. Muchachos y muchachas que son el mejor símbolo de nuestra índole guerrera. La perseverancia está en nuestros ADN, en nuestra cultura. Hoy celebramos también con el corazón crecido a nuestro Sistema de Coros y Orquestas Juveniles Simón Bolívar, aquel sueño del Maestro Abreu de llevar la música a todos los rincones de la patria, que se hizo realidad con la Revolución Bolivariana. Hace un par de años logramos la incorporación de 1 millón de niños, niñas y jóvenes al sistema, cumpliendo así una meta social indispensable. Pero fue en este bendito 2021 cuando certificamos ante el Premio Guinnes que somos la Orquesta más grande del mundo. Esa alegría y orgullo nacional se expandió recientemente, cuando la UNESCO incorporó a la lista de Patrimonio Intangible de la Humanidad las fiestas populares de San juan, la séptima manifestación reconocida y que hace parte de nuestra diversidad identitaria.

– Cada victoria y cada meta alcanzada son una afirmación de la Venezuela de Verdad, la que juntos hacemos cada día, con convicción y muchas veces en silencio, como el labriego que cultiva su huerto y ve florecer en el tiempo el trabajo para reiniciar su ciclo. Con tormenta o con sol, y nunca se detiene. ¡Así somos nosotros, compatriotas! Sin medir obstáculos, sin reparar en dificultades, los venezolanos y venezolanas eliminamos de nuestra vida la palabra “imposible”. Hace unos días apenas entregamos la vivienda 500 mil, correspondiente al 2021, para sumar los 3.900.000 hogares que hoy conforman comunidades dignas en todo el territorio nacional. No ha habido sanciones criminales, chantajes ni agresiones que nos desvíen del camino de la restitución de nuestro Estado de Bienestar Bolivariano. La protección del pueblo fue nuestra prioridad en 2021 y será nuestra prioridad en 2022. Lo único que cambia con el pasar de los años es nuestro empeño en hacerlo mejor y sólo hay una forma que nos convoca a todos y a todas: la recuperación económica de nuestro país.

– El conjunto de políticas económicas que hemos venido aplicando con paso firme en estos utimos años, dieron resultado en el 2021: estamos cerrando en positivo. Nuestros motores productivos despertaron permitiéndonos avanzar en la diversificación de nuestra actividad económica; otro esfuerzo conjunto que quiero celebrar, pues se trata de un paso certero para la nueva época que inauguramos hoy rumbo a la nueva prosperidad.

– Todavía falta mucho por hacer, pero a veces es necesario tomarse una pausa y observar de cerca cada acierto, cada logro, cada meta alcanzada para aprender de nosotros mismos el significado de estar juntos y trabajar por lo que nos une. Y yo quiero dedicar estos logros a la memoria de quienes entregaron su vida a trabajar y luchar por el pueblo, junto al pueblo, que este año partieron a otro plano y, como el espíritu bicentenario, permanecerán atesorados en la memoria nacional. ¡Honor y gloria para ellos!

– Tal como lo profetizó el comandante Chávez, el año 21 fue de florecimiento y recompensa, de cierre de ciclo y de renovación de proyectos, esperanzas y metas. Cada punto de llegada es para nosotros un punto de partida. Y en las últimas horas que le quedan al 2021 quiero agradecerle a este pueblo, agradecerte compatriota por creer en Venezuela, por creer en ti, por ganarle la batalla al pesimismo, a la mentira y a la traición. Somos 33 millones de corazones que cada uno lleva como una medalla de Oro, ganada con méritos este Bicentenario de victoria y esperanza.

Desde la Casa del pueblo, junto a mi esposa Cilia, queremos desearles Feliz año 2022, compatriotas. Y que Dios les siga bendiciendo

¡Que viva Venezuela!