Dso-17 ENTREVISTA AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, NICOLÁS MADURO MOROS, REALIZADA POR IGNACIO RAMONET – 23 de diciembre de 2021.

A. POLÍTICA:

1- El año 2021 se ha caracterizado por el hecho de que, a pesar de las vacunas, la pandemia de Covid-19 sigue siendo (con el cambio climático) uno de los peores peligros que enfrenta la humanidad. Frente a la nueva amenaza de la variante Ómicron, ¿qué nos puede decir usted sobre la eficacia del modelo venezolano de respuesta a la Covid? ¿Cuál es el estado actual de la vacunación en su país?

    -Han pasado dos años ya de la aparición de esta extraña enfermedad y todos los pronósticos hacen pensar que todavía nos restan unos años más de padecimiento y de lucha contra el Coronavirus. La Pandemia del Covid-19 ha puesto a prueba a la humanidad entera y sobre todo a los sistemas políticos que se diseñaron en la última mitad del siglo XX. Por un lado, el ser humano está experimentando de una manera global la fragilidad de la vida. La velocidad de expansión de este virus es cónsona con la capacidad de circulación de la información. De manera que hoy podemos vernos y concebirnos, como nunca antes, en términos de una especie que pertenece y está sometida a las leyes naturales y depende del equilibrio planetario para sobrevivir. Sin duda ha habido una conmoción cultural en este sentido: los primeros meses del gran confinamiento mundial el ser humano cayó en cuenta de que sin nosotros la vida continúa, los mares, los ríos y el aire se depuran, los animales vuelven a sus nichos naturales, en fin, la capacidad de la naturaleza para regenerarse es perfecta. Nosotros, el arrogante homosapiens, descubrimos que dependemos como las demás especies vivas del mundo de la salud ecológica, y no al revés. ¿Esto ha traído como consecuencia un despertar de la consciencia ambiental? Estoy seguro que en los pueblos del mundo se está dando ese debate y hay mayor sensibilidad a los temas urgentes como el cambio climático. La humanidad, a causa de la pandemia, se ha vuelto más consciente de las consecuencias de la contaminación, destrucción y alteración del medioambiente y de todo el equilibrio natural. Ahora debemos trabajar en develar las causas. Decir que es “la acción del ser humano la que ha devastado al planeta” es cometer un eufemismo que esconde una oscura verdad. Es el sistema capitalista en todas sus etapas de la historia: industrial, empresarial, de mercado, el causante de la crisis vital del planeta entero y en particular, del colapso de la civilización humana. Esto no es sólo una mirada ideológica simplemente, la ciencia misma ha demostrado el negativo impacto de la actividad económica global basada en la explotación indiscriminada de los recursos naturales.

    El sistema capitalista es negacionista ante una realidad: su promesa es falsa y su desarrollo insostenible. Y acá entramos en la segunda parte de mi respuesta: una enfermedad respiratoria como el Coronavirus encuentra en nuestro mundo interconectado, hipercomunidado e interdependiente las condiciones para su expansión inmediata. Se hizo pandemia en tiempo record y quebró todos los paradigmas del sistema global. En lo social, el Covid desnudó el fracaso del neoliberalismo cuya doctrina reza que los servicios públicos como la salud funcionan mejor en manos del mercado. Vimos el colapso de una Europa, ola tras ola del virus. ¿La causa? Europa fue desmontando, luego de los años 80s a propósito de la caída del Bloque Socialista, su Estado de Bienestar. Lo mismo EE.UU, un país donde la salud está privatizada por completo. Y así, en los países latinoamericanos donde se impuso el modelo neoliberal como Chile, Colombia, Brasil, etc. El impacto de la pandemia en el frágil sistema capitalista moderno aún está por verse. La fractura en las cadenas de producción y distribución, por ejemplo, terminarán por atrofiar al mercado global. De manera que la solución, en términos de eficacia sanitaria, de recuperación económica, de construcción de una normalidad nueva, no está precisamente dentro de la lógica del capitalismo. Ni sus valores ni sus procesos productivos tienen en cuenta la vida de los seres humanos y mucho menos su bienestar. No será la lógica del sálvese quien pueda, ni la ley del más fuerte lo que nos permitirá salir a flote de esta crisis planetaria. Y la realidad lo ha demostrado: somos los países que apostamos a una fórmula diferente, que procuramos la protección social, que apostamos a la complementariedad internacional y a las formas alternativas de relaciones políticas y económicas, quienes mayor control hemos tenido frente a la pandemia. La experiencia venezolana se oculta a toda costa en los grandes medios de comunicación mundial, incluso se censura en las redes sociales por una razón muy obvia: hemos sido exitosos en nuestras políticas públicas para mitigar el impacto del Covid-19, en medio de las más criminales condiciones impuestas por el bloqueo ilegal de nuestra economía, de nuestro derecho a comercializar nuestros productos en el mundo y de comprar en el mundo lo que nuestro pueblo necesita. Y por si fuera poco un bloqueo político que ha significado el robo y secuestro de nuestros activos en el exterior. Hemos sido exitosos pese a todo eso y además, con un método propio que contempla la participación consciente del pueblo. Definitivamente es un tema de modelos políticos. El socialismo bolivariano no es otra cosa que una democracia basada en la justicia social, en la participación popular y encaminada al bienestar común. No ha sido una batalla fácil, insisto: hemos tenido que enfrentar un ataque mortal y sostenido contra nuestra economía: el asedio político. Durante la pandemia se intentó invadir a Venezuela con mercenarios estadounidenses y venezolanos entrenados en Colombia. Se puso a prueba la capacidad de nuestra revolución y ahí están los resultados: hemos alcanzado la vacunación del 87% de la población y vamos hacia el 100% para enero. Tenemos previsto el refuerzo masivo de la vacuna para el primer trimestre y hemos logrado bajar la cifra de contagios en un 75%. En cuanto a la nueva variante, la Omicron, de la que sabemos poco (cada día se revelan algunos datos nuevos), es predecible que alargará la situación extraordinaria por un buen tiempo. Europa, EE.UU y muchos países ya han tomado medidas drásticas de cierre en lo que parece ser ya una crisis cíclica. Nosotros nos preparamos para contener la nueva cepa del mismo modo que hicimos con la Delta y mucho antes con la P1 y P2: vacunación masiva, despistaje social, medicación y hospitalización universal. Por fortuna, este pueblo está muy consciente de la gravedad de la pandemia y desde el primer momento ha dado muestras de solidaridad, de cohesión en torno a la necesidad de cuidar la salud de todos.

    2) Después de las elecciones regionales y municipales del 21 de noviembre pasado ¿qué balance político y qué lecciones saca usted de los resultados de ambos comicios?

    En relación a las elecciones nuestro balance es cien por ciento positivo. Por una parte está un hecho trascendental: logramos que la oposición entrase en el juego democrático, que se deslindara del extremismo golpista y violento, retomase el camino de la legalidad y reconociese a las instituciones del Estado, al Gobierno Nacional legítimamente constituido y a la Constitución de este país. Hoy es claro que sólo hay una forma de acceder al poder y es por la vía de los votos. Por otro lado, están los resultados partidistas propiamente, no podemos estar más felices. El pueblo venezolano ha decidido una vez más apoyar a la Revolución, se ha decidido por el socialismo, por el cambio absoluto de la realidad, por la soberanía nacional. De manera que hemos obtenido una victoria contundente, intachable y heroica. Contundente, porque la Revolución ganó 19 gobernaciones (está por realizarse la repetición de la elección de Barinas el próximo domingo 9 de enero, por mandato del TSJ y el CNE) y 205 alcaldías del país. Intachable,porque la jornada de las megaelecciones se desempeñó en un clima de paz y de verdadera fiesta democrática, en la que participaron 37 organizaciones con fines políticos y con la observación de 300 personas de misiones electorales internacionales. Y es heroica, porque se hizo bajo condiciones extraordinarias, producto de las sanciones criminales que han afectado los ingresos económicos del país y la vida de todos los venezolanos y venezolanas desde hace 5 años. Subrayo: en las condiciones de boicot y bloqueo económico en que se desarrollaron estas elecciones, debemos decir que el voto no sólo fue cuantitativo, su dimensión cualitativa se pierde de vista. Fue un voto por la patria. ¿Por qué lo decimos? La Revolución Bolivariana no se enfrentó a un contrincante ideológico solamente, sino a los efectos de una guerra económica que ha dañado la calidad de vida de todos: los servicios públicos, el ingreso salarial, etc. Ha sido el pueblo, con su capacidad de resiliencia, de reinvención y nuestro modelo de protección social, los que lograron que no se repitiese la catástrofe del 2015, cuando los extremistas de la derecha llegaron a la Asamblea Nacional a destruirlo todo.

    Esta victoria del chavismo es un contragolpe frente al golpismo que no ha cesado ni un instante en su proyecto de asaltar el poder por vías ilegales. Es una forma de desbloqueo frente a las medidas coercitivas que nos prohíben comprar y vender nuestros productos: estamos claros en que sólo la estabilidad política garantiza el desarrollo económico. Los resultados de las pasadas elecciones son la reafirmación de nuestra independencia frente a las pretensiones del colonialismo y del imperialismo que, 200 años después de Carabobo, asedian nuestra libertad conquistada y 200 años después reciben otra derrota.

    3) El diálogo y las negociaciones con la oposición, que se estaban realizando en México con la mediación de Noruega, están interrumpidos. ¿En base a qué condiciones piensa usted reanudarlos?

    El diálogo en México, como sucedió en República dominicana unos meses antes, más que interrumpido fue saboteado, torpedeado, agredido por los mismos de siempre. Parece que a EE.UU y a los extremistas criollos que fungen como cónsules imperiales les aterra lo que pueda resultar de una salida pacífica, dialogante y sobre todo soberana. Una solución entre venezolanos y venezolanas sólo puede darse si se respeta y valora la independencia nacional en términos políticos. Al parecer, sobre el sector opositor que apuesta por el diálogo, todavía pesa el tutelaje y las presiones externas. Lo ocurrido contra Alex Saab, nuestro diplomático acreditado y representante especial en los diálogos de México, fue un secuestro premeditado y alevoso que no sólo puso en riesgo las negociaciones políticas que se desarrollaban, sino algo mucho más grave: la soberanía nacional. No se negocia la soberanía, la autodeterminación y sobre todo la dignidad de nuestra República, que se hizo en el campo de batalla derrotando al otrora imperio español. De momento, sobre los diálogos de México solo podemos denunciar la injerencia estadounidense y la complicidad de la UE. Vivimos en un mundo donde los imperios forajidos violan el derecho internacional de manera preocupante. ¿Las condiciones para retomarlo? Que se libere a nuestro embajador especial Alex Saab, prisionero ilegalmente en Nueva York y que haya un compromiso firme de parte de EE.UU y la Unión Europea de respetar la soberanía de este pueblo.

    No obstante estamos en un diálogo con todos los sectores del país: partidos políticos de oposición, el sector empresarial, los movimientos sociales, tienen un canal directo y permanente de diálogo y trabajo mediante el cual hemos podido construir soluciones y dar respuestas favorables al país y al pueblo. Nosotros nunca nos negaremos al diálogo y a la resolución de problemas por la vía pacífica y democrática. Está demostrado que cuando se tiene una agenda clara y se prescinde de tutelajes extranjeros las cosas avanzan con resultados favorables.

    B. ECONOMÍA

    1) Todos los analistas admiten que en el curso del año 2021 y a pesar de las diversas medidas coercitivas unilaterales impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, en Venezuela se ha producido una visible mejoría de la situación económica. ¿A qué se debe, según usted, esa mejoría?

    La mejoría de la economía nacional se debe a que hemos tomado las medidas correctas en los momentos idóneos y sobre todo sin revelar nuestras estrategias. “En silencio ha tenido que ser” como dice Martí. El imperialismo construyó sus muros invisibles contra nuestra economía en tiempo records y diseñó sus ataques quirúrgicos contra nuestra moneda, contra nuestra principal industria, etc., gracias a la información que obtuvieron de los traidores: me refiero a quienes traicionaron a la revolución y ahora son agentes de los agresores, y a la derecha que viene entregando el país al imperio desde la caída de Cipriano Castro, por no ir muy lejos en la historia. En el año 2016 convoqué al país a pensarse más allá del rentismo petrolero. El fin de una era de dependencia, de debilidad económica, de modelo monoproductivo de extracción, para pasar a una diversificación de las potencialidades nacionales. Esto pasaba por hacer consciente esas potencialidades, mirar con otros ojos nuestro músculo productivo, el turismo, la producción agrícola, pesquera y ganadera, el desarrollo sustentable de la minería y la industrialización nacional. De manera que, con un plan claro, la soberanía económica, con discreción, disciplina y sin claudicar en los principios de nuestra revolución socialista, hemos podido dar un paso al margen del rentismo petrolero y en la dirección de una economía real y productiva donde todos los sectores confluyen. Todavía falta mucho por hacer. Esto es apenas el primer florecimiento de lo que he llamado “la nueva prosperidad”. Me refiero con ello a un estado social de beneficio compartido, que se basa en la producción de riquezas reales para el bienestar colectivo más que en el consumismo y la exportación de materia prima. El petróleo seguirá siendo un componente importante de nuestra economía, todavía le quedan unas cuantas décadas dominantes a los hidrocarburos, pero nosotros aspiramos a que el Petróleo sea un producto más y no el rubro de la dependencia. Estos 5 años nos valieron para reconocer la debilidad política y económica que supone depender de este recurso. Este es el 5to. año del bloqueo más agresivo que se haya hecho contra país alguno, que impactó negativamente en la caída del 99% del Producto Interno Bruto; y las medidas tomadas en lo financiero y monetario, en lo legal, que no han implicado un sacrificio de las políticas sociales, ya dan resultados.

    2) Aunque la mejoría económica es notable, existen aún varios temas que preocupan a los ciudadanos, en particular la cuestión de la inflación. ¿Qué medidas piensa tomar su Gobierno para terminar por fin con ese flagelo?

    Como dije, esto es solo un comienzo, y aunque los resultados son óptimos no hemos dejado de trabajar ni un instante de cara a la recuperación total del Estado de Bienestar Bolivariano. Nosotros hemos podido controlar la inflación, veníamos de números escandalosos producto del ataque a nuestra moneda con el dólar criminal, la extracción de billetes físicos y las presiones externas que contrajeron nuestros ingresos. Fueron disparos certeros contra el cuerpo económico del país. Hoy lo más apremiante es mejorar el poder adquisitivo de la gente por la vía de la recuperación del sueldo. Hay un ingreso en cada hogar que no estamos viendo y que se da por la vía del acceso a las divisas internacionales y que explica el momento boyante de la economía real, la reactivación del comercio que este año alcanzó cifras históricas. El Banco de Venezuela registró 216 millones de transacciones en un día. Sólo lo que respecta al bolívar digital, esto no mide las transacciones que hacen en efectivo con otras monedas extranjeras. Pero el salario sigue siendo una debilidad casada con el bloqueo a nuestra principal empresa PDVSA. Hay una relación directa y proporcional en esto. Así como se redujo el ingreso nacional en un 99%, el salario de los trabajadores y trabajadoras se ha deteriorado. Nuestra prioridad es recuperar el salario por la única vía posible: el mejoramiento del ingreso nacional. Para ello hemos venido trabajando con la ley antibloqueo y otras herramientas que manejamos con mucha discreción para evitar el boicot del imperialismo.

    3) Los hidrocarburos siempre han sido muy importantes en la economía de Venezuela. Sin embargo, desde hace varios años, como consecuencia de los bloqueos y de las diferentes medidas coercitivas unilaterales, su importancia ha disminuido. ¿Podría la economía de Venezuela vivir sin petróleo?; ¿Cuáles serían los principales nudos a resolver para impulsar más el desarrollo económico de su país?

    La economía venezolana fue exclusivamente petrolera en el último siglo, antes de esto Venezuela fue un país que gozó de una economía diversificada, el café, el cacao, el caucho, la industria del hierro, por nombrar algunos rubros, fueron fundamentales para el desarrollo sustentable del país. Desde el estallido del Barroso hasta nuestros días todo ha girado en un solo eje: los intereses desarrollistas de los Estados Unidos, quienes nos convirtieron en su gasolinera y en su principal mercado automovilistico. Pero más allá de la conveniencia económica de su industria y de su sistema financiero estaba el político, volviéndonos monoproductivos nos hacían más dependientes y dóciles a sus intereses geopolíticos. Venezuela debe volver a tomar las riendas de su plan de desarrollo integral y realizar sus capacidades productivas con un sentido soberano. Pudimos en el pasado, podemos y debemos con urgencia hacerlo en el presente, para asegurarle a las generaciones de venezolanos que aún no nacen su derecho al bienestar, a las riquezas nacionales y participar de la construcción de futuro. Vivir sin depender del petróleo no es una utopía, es ya una realidad impuesta por el bloqueo y una necesidad impuesta por nuestra voluntad de ser libres. Sueño con una economía sustentable y diversificada que satisfaga las necesidades nacionales y exporte diferentes bienes y servicios. ¿Qué falta? Desarrollar la ciencia y aplicarla a estos fines. Nuestra dependencia tecnológica es uno de los principales enemigos a vencer; ya vamos dando muestra de que podemos pero es necesario acelerar la marcha en la sustitución de importaciones y el crecimiento de una ingeniería nacional en todos los niveles. El ingreso petrolero será en el futuro un plus, un recurso para invertir en la ciencia, en la infraestructura social, en la tecnología, en la educación especializada, en los proyectos estratégicos para la modernización del país y sus fuerzas productivas.

    C. POLÍTICA INTERNACIONAL

    1) Aunque en Estados Unidos se ha producido en 2021 un cambio político importante y un presidente demócrata Joe Biden ha sucedido al republicano Donald Trump, sin embargo, la política de Washington con respecto a Venezuela no ha cambiado, sigue siendo extremadamente hostil. Un testimonio de ello es la detención y reciente extradición de Alex Saab, a pesar de su estatuto diplomático ¿Qué reflexión le merece esto? y ¿qué esperanzas mantiene usted con respecto a la Administración Biden?

    Lo dije en su momento: se va Trump pero el imperio queda. Y conste que lo dije dándole a Biden el beneficio de la duda, pues estaba claro que no podía venir nadie peor que Trump en términos de su extremismo ideológico, su agresividad política y su personalidad inestable. Esto último ha sido aseverado por sus más cercanos colaboradores en biografías y entrevistas testimoniales. Pero el imperio no es un hombre sentado en el Despacho Oval de la Casa Blanca, no, el imperio es mucho más que eso. Se trata de un conjunto de poderes fácticos que deciden quién se sienta en ese despacho a firmar lo que ellos, como poder tras el poder, ya han decidido para el mundo. Hablamos de un conglomerado empresarial con una influencia planetaria descomunal, que tiene en sus manos los hilos de las instituciones norteamericanas. Hubo gran expectativa con Biden porque su candidatura coindice con una crisis muy aguda que por años ha padecido en silencio el pueblo norteamericano, que tiene implicaciones raciales, culturales y de opresión política que pudieran partir en 5 pedazos a este país. La indignación del pueblo de los estados unidos vio una esperanza en Biden, porque se pensó que lo sucedido con la era Trump había rebasado todo lo tolerable. La pandemia, como tú mismo lo has dicho en otras ocasiones, impactó al establecimiento mundial de forma negativa y, salvo Nicaragua y Venezuela, los gobiernos que se han sometido a elecciones durante estos dos años, con toda razón, han sido cambiados. Pero más allá de Biden y lo que significaba la salida de Trump, nuestra experiencia con los demócratas no marca una diferencia en relación a los republicanos. Quizá de forma: los demócratas son silenciosos en sus ataques, apuestan por la industria cultural y propagandística, son expertos en el eufemismo y el enmascaramiento. Los Republicanos van de frente y hacen alarde de sus intereses imperialistas. Obama el “premio nobel de la paz” junto a otro premio nobel, Juan Manuel Santos, es el creador del andamiaje de sanciones ilegales contra Venezuela: fue su decreto contra Venezuela el que dio el pie para las agresiones políticas, diplomáticas, económicas y militares que hemos sufrido. De manera que el continuismo que ha resultado la administración Biden no nos decepciona ni sorprende. Era predecible. El secuestro de nuestro embajador Saab, ya lo he dicho, es un acto salvaje, ruin, propio de aquellos forajidos que protagonizaban las películas del lejano oeste. Un secuestro y una agresión al derecho internacional que Trump hubiera querido perpetrar. Por supuesto que hubiéramos deseado otra cosa con Biden y por supuesto que seguimos esperando una rectificación de su gobierno en relación a Venezuela, pero hace 20 años ya que dejamos de depender de quien estuviera al mando en la Casa Blanca. Hemos visto y veremos desfilar gobiernos derechistas en toda América y nosotros seguiremos permaneciendo acá, mientras el pueblo así lo decida. Biden está aún a tiempo de hacer historia y desmarcarse del sionismo extremista que domina la política exterior de EE.UU, política que no le ha traído nada bueno. Vean el panorama latinoamericano: todo indica que una nueva ola progresista es indetenible en América Latina y que, según eso, tendrá que aprender a tratarnos con dignidad. Nosotros seguirmos dispuestos a relaciones de igualdad con EE.UU y con quien esté dispuesto a respetar a la República de los libertadores.

    2) A propósito de los activos venezolanos en el exterior, ¿cuáles son las perspectivas para recuperar la gestión soberana de las reservas de oro depositadas en el Reino Unido, o de empresas como Citgo y Monómeros?

    Nosotros no renunciaremos jamás a nuestro derecho legítimo sobre Citgo, Monómeros y sobre las reservas de oro que pertenecen al pueblo venezolano. Más temprano que tarde se hará justicia y se va a revertir en términos políticos todo el latrocinio, la piratería, el saqueo que intentan hacer contra una República soberana. A estas alturas del juego son insostenibles, en términos de argumentación jurídica, las risibles razones que les dieron luz verde para cometer este acto de piratería. Nunca existió una dualidad de poderes. Jamás hubo una cosa llamada presidencia interina. Y hoy, a pesar del poder mediático de los Estados Unidos, es una verdad inocultable. Ese experimento le salió mal al imperio y los países del mundo ven con mucho cuidado las maniobras que han hecho contra Venezuela como una amenaza potencial a sus propios intereses. Se han quitado las máscaras, ellos, que hablan de la propiedad privada como un sacramento, que han demonizado al comunismo por esa razón, resultaron ser ladrones de siete suelas. No se saldrán con la suya, tenemos la verdad de nuestro lado, las leyes internacionales de nuestro lado y la voluntad de hacer justicia.

    3) En América Latina, en los últimos meses, a medida que se suceden las elecciones se multiplican las victorias del campo progresista. Últimamente, de manera espectacular, en Honduras y en Chile. Y las encuestas parecen anunciar también perspectivas alentadoras para la izquierda latinoamericana, el año próximo, en Colombia (mayo) y en Brasil (octubre) ¿Cómo analiza usted esta situación?; ¿Qué consecuencias para Venezuela?

    Lo que no terminan de entender los imperialistas es que las independencias de nuestras Repúblicas son irreversibles. Que no hay pueblo en el mundo que acepte su derrota y esclavitud por más alienación cultural, por más dominio geopolítico, por más técnicas de control económico y por más propaganda de guerra que hagan. Tarde o temprano, como dijo Allende el presidente mártir, las grandes alamedas se abrirán, el paso del pueblo puede tardar pero llega. Si EE.UU renuncia a su infame doctrina Monroe y se digna a dejar ser a estos pueblos, a entender el destino que la independencia marcó para este pedazo de mundo que es Latinoamérica y nos mirara por primera vez , insisto, con respecto, como se ve a un igual, todo sería diferente. El neoliberalismo ha muerto, como esperanza, como promesa, como posibilidad para estos pueblos. Lo que surja de ese post-neoliberalismo tendrá que ser invención heroica, como dijo Mariátegui, pues no hay fórmulas definitivas ni generales para la construcción de la igualdad, la justicia y el desarrollo de nuestros países. Lo que hemos visto en México, Perú, Honduras y Chile no es un asunto aislado, es síntoma de un cambio de todos los paradigmas. Yo he hablado un poco del cambio de época y su expresión en lo político, pero el cambio es aún más profundo, tiene que ver con la lógica de nuestros pueblos, con la índole más arraigada que se manifiesta en la cultura. Colombia y Brasil enfrentarán el próximo año unas elecciones cruciales que tendrán un gran impacto en Latinoamérica: hablamos de Colombia el principal aliado de EE.UU. en lo militar y geopolítico, un país cuyas instituciones han sido tomadas en las últimas dos décadas por las mafias del narcotráfico, por una lumpen-burguesía extremadamente violenta que ha sumido en el caos político a ese país. Si a Colombia la dejan ser, lo que surja será expresión de una voluntad de paz y reconciliación que permitirá la construcción de unas condiciones democráticas para el bien de ese pueblo y de los países que nos vemos afectados por una guerra de más de 70 años. Y en cuanto a Brasil, el gigante del continente, la superación del supremacismo y el retorno al poder de un candidato como Lula va a determinar en buena medida el rumbo de la región. No me gusta interferir ni comentar de ningún modo sobre la vida política de cada país, pero no dejaré de decir que los mejores años para todo el continente se vivieron en la primera ola progresista inaugurada por Hugo Chávez en el 2000 y que acompañaron grandes estadistas enfocados en la complementariedad, la solidaridad y la integración de nuestras naciones. Lo que está por venir podría ser mejor, con la experiencia ganada y las urgencias que nos piden máxima eficiencia para reconstruir un internacionalismo en positivo.

    D. DOS ÚLTIMAS PREGUNTAS

    1) En varios de sus discursos recientes, usted ha declarado que «el mundo está cambiando de ciclo» y que, por consiguiente, hay que cambiar también el análisis político. ¿Podría explicarnos cómo analiza usted ese nuevo ciclo mundial?

    – Sin darnos cuenta se ha producido en el mundo, y Venezuela no escapa a ello, un cambio de época. No verlo ni interpretarlo es un riesgo político para nuestro proceso revolucionario y para cualquier sistema político. Podemos identificar al menos 3 condiciones que determinan y aceleran este cambio de paradigma:

    1) El cambio del modelo económico: Las sanciones trastocaron la base material y cultural del pueblo venezolano. ¿En qué sentido?

    Veo dos aspectos estructurales

    a) Las agresiones económicas de los últimos 5 años derrumbaron las débiles estructuras del sistema rentista. El rentismo petrolero fue, y sigue siendo, un verdadero estado de dependencia que nos hizo vulnerables a la dominación cultural, económica y política durante el siglo XX. Obstruida la libertad de comercio de nuestro rubro fundamental cayeron en un 99% nuestros ingresos. El impacto fue brutal. Esto produjo en los primeros meses una atrofia del Estado, a todos los niveles de gobierno, que se había acostumbrado a gestionar desde la comodidad de la chequera. Y en el plano social generó un gran malestar.

    b) La gestión rentista experimentó una crisis aguda acelerando el cambio en la llamada cultura del petróleo o consumismo. En el 2016 no teníamos forma de medir científicamente el impacto de la guerra económica a esos niveles de detalle, sin embargo, por intuición política iniciamos un viraje en el relato, introduciendo la idea del necesario cambio del modelo de producción y consumo más allá del rentismo petrolero. Por el lado de las Políticas Públicas se crearon los Motores Económicos y poco a poco construimos una esperanza en medio del asedio financiero y propagandístico. El pueblo por su parte fue creando sus propias dinámicas de supervivencia que se fortalecieron con la mal llamada “dolarización” de la economía. Esto ha generado una economía real, con resultados importantes, que no debemos cuantificar únicamente en un sentido financiero: analicemos el impacto político de esto. El fenómeno del emprendimiento, en todos sus niveles, deviene en el crecimiento de un sector cada vez más independiente en lo económico de nuestras políticas sociales y por ende, más independiente de nuestro proyecto político.

    – Este fenómeno debemos estudiarlo a profundidad, pues nos aproxima a un economicismo que amenaza con disolver cualquier otra forma de existencia social que no sea lucrativa, pragmática, inmediatista.

    – Sin embargo, este segmento independiente sigue creciendo de manera preocupante, y uno de los factores es la lógica economicista, individualista y despolitizadora que se va asentando cada vez más en la población.

    – El daño político estaba hecho: perdimos las elecciones de la Asamblea Nacional y se puso en riesgo la continuidad de la Revolución en el poder. Para ello el enemigo llevó al límite su arsenal causando un gran dolor en la población general, en la medida en que se socavaba su base material y su vida cotidiana.

    – Es cierto que durante este período de cambio económico el chavismo -luego de un revés electoral- ante la amenaza real, se cohesionó de una manera sólida. También es cierto que una parte mayoritaria de la población se adhirió a nuestro relato de defensa de la soberanía nacional y del rechazo a las sanciones, a la violencia política; como también suscriben nuestra propuesta de diálogo y la paz.

    b) Las Redes Sociales, o lo que tú mismo, Ignacio, llamas “La revolución digital”. En estos últimos 10 años las formas del consumo cultural se han transformado de manera tan abrupta que no podemos decir nada concluyente al respecto, salvo que estamos ante un escenario nuevo, con nuevos códigos, lenguajes, tiempos y formas comunicativas, dinámicas sociales, comerciales y del saber. Hay una virtualización de la vida cotidiana y una despolitización cabalgante que suple hoy la cultura de masas y al propio concepto de masas: sindicatos, movimientos sociales, partidos tradicionales, etc. El fenómeno del individuo segmentado, desmovilizado, despolitizado hoy crece a nuestras espaldas. ¿Cómo repolitizar? ¿Cómo hacer hegemónico nuestro proyecto que es cultural, político, ideológico y que se ha propuesto un proyecto de transformación a largo plazo, que requiere ser también una hegemonía electoral? No basta con lo que hacemos, no basta con la comunicación tradicional. Hay que ir a la gente y crear en esos espacios nuevos códigos comunicacionales.

    c) En tercer lugar: La pandemia: El Covid cambió las formas asociativas de la humanidad para siempre: la dispersión social se convierte en pérdida de identidad política, y desde la perspectiva electoral, una dispersión del voto pudiera ser la causa de una desmovilización política, de la participación social, de la vida partidista, de la activación comunitaria. Hemos sido exitosos en el manejo de la pandemia en el sentido sanitario y ha sido el poder popular, la vanguardia del partido, las misiones territorializadas, quienes han garantizado el control de la epidemia. Pero ¿qué hacer ante un escenario social que se prolongará en el tiempo? Hay que pensar en ello con sentido científico, adelantarnos a los acontecimientos. La revolución debe saltar al futuro y crear el Cambio de Época, teniendo en sus variables nuevas enfermedades similares al Covid, con el impacto social correspondiente. El abordaje de la salud debe llevar implícito un mensaje: protección a la idea comunitaria, social y colectivista.

    -Estamos frente a un cambio y estos tres factores exigen una teorización actualizada, un diagnóstico sobre las formas de gobierno que son pertinentes a los cambios y que nos permitan gobernarlos, imprimirles voluntad y dirección. Adherir estos fenómenos a nuestro proyecto y conectar con la gente en lo real.

    -Los tiempos nos imponen un cambio en todo: los métodos, la estética y la estrategia de gobierno que no puede estar

    divorciada de la estrategia electoral.

    – Como gobierno y como fuerza política somos los únicos capaces de motorizar esta Época de cambio. Nuestro peor enemigo ahora es la inercia, esa fuerza con la venimos resistiendo no alcanza para la ofensiva que exigen los tiempos. Sin perder el punto de apoyo: la gobernanza institucional, la maquinaria del partido, la fuerza del poder popular, es necesario producir un Más, un plus, un extra. Así como hizo el Comandante con las Misiones, necesitamos producir una mejor manera de gobernar en todos los niveles de la vida social.

    2 – Si no hay referéndum revocatorio este año 2022 ya no habrá elecciones nacionales en Venezuela hasta mediados de 2024; se trataría entonces de elecciones presidenciales para el periodo 2025-2031. ¿Será usted de nuevo candidato?

    Yo me debo a dos cosas: las tareas concretas del presente, esto incluye además de pensar y ejecutar soluciones para los problemas de nuestro país -desde los más cotidianos hasta los estructurales- y a la voluntad del pueblo. ¿Habrá o no referéndum? Dependerá del pueblo. ¿Seré yo el candidato presidencial de las futuras elecciones? El pueblo lo dirá en su momento.