D-P-04 – REUNIÓN CON EL EQUIPO TÁCTICO OPERACIONAL.

ABORDAJE:

1. Estamos experimentando un Cambio de Época y es necesario interpretarlo desde la política, la economía y la doctrina militar. Cambio económico, cambio comunicacional y cambio social.

2. La Unión cívico militar policial es un poderoso método organizativo que debemos reimpulsar con una agenda científica.

3. Tras las victorias políticas y militares obtenidas el enemigo se desdibuja, pero no desaparece como amenaza real.

4. Las elecciones del 21N son claves para la recuperación económica y política del país.

1- ESTAMOS EXPERIMENTANDO UN CAMBIO DE ÉPOCA Y ES NECESARIO INTERPRETARLO DESDE LA POLÍTICA, LA ECONOMÍA Y LA DOCTRINA MILITAR.

– El siglo XXI apenas está naciendo. El primer cambio experimentado fue político y militar: cayeron los viejos modelos de partidos y con ellos la vieja forma de hacer la política: surgieron los movimientos fuera del establecimiento y tomaron el poder unos revolucionarios de izquierda -como nuestra revolución- y otros empresariales de ultraderecha. También la doctrina bélica se modernizó, no sólo desde el punto de vista de la tecnología armamentística sino en los propios códigos y modos de hacer la guerra: hoy la guerra es cada día más difusa y múltiple.

– Venezuela no escapa a ello, estamos viviendo un cambio de época acelerado. No verlo ni interpretarlo es un riesgo político y militar para nuestro proceso revolucionario y para la soberanía nacional. Podemos identificar al menos 3 condiciones que determinan este cambio de paradigma:

1- En primer lugar, el cambio del modelo económico: Las sanciones trastocaron la base material y cultural del pueblo venezolano. ¿En qué sentido? Veo dos aspectos estructurales.

a. Las agresiones económicas de los últimos 5 años derrumbaron las débiles estructuras del sistema rentista. El rentismo petrolero fue, y sigue siendo, un verdadero estado de dependencia que nos hizo vulnerables a la dominación cultural, ecónomica y política durante el siglo XX. Obstruida la libertad de comercio del país, cayeron en un 99% nuestros ingresos. El impacto fue brutal y produjo en los primeros meses una atrofia del Estado rentista a todos los niveles de gobierno, que se había acostumbrado a gestionar desde la comodidad de la chequera. Y en el plano social, generó un gran malestar que imprimió fuerza a las tácticas de cambio de régimen por la vía de la llamada revolución de colores del 2017 al 2020.

b. La gestión rentista experimentó una crisis aguda acelerando el cambio en la llamada cultura del petróleo o consumismo. En el 2016 no teníamos forma de medir científicamente el impacto de la guerra económica a esos niveles de detalle, sin embargo, por intuición política, iniciamos un viraje en el relato, introduciendo la idea del necesario cambio del modelo de producción y consumo más allá del rentismo petrolero. Por el lado de las Políticas Públicas se crearon los Motores Económicos y poco a poco construimos una esperanza en medio del asedio financiero y propagandístico. El pueblo, por su parte, fue creando sus propias dinámicas de supervivencia que se fortalecieron con la mal llamada “dolarización” de la economía. Esto ha generado una economía real con resultados importantes, que no debemos cuantificar únicamente en un sentido financiero, analicemos el impacto político de esto. El fenómeno del emprendimiento, en todos sus niveles, deviene en el crecimiento de un sector cada vez más independiente, en lo económico, de nuestras políticas sociales y por ende más independiente de nuestro proyecto político.

– Este fenómeno debemos estudiarlo a profundidad, pues nos aproxima a un economicismo que amenaza con disolver cualquier otra forma de existencia social que no sea lucrativa, pragmática, inmediatista. Podría redundar en el debilitamiento del Estado.

– Es cierto que durante este período de cambio económico, el chavismo -luego de un revés electoral- ante la amenza real, se cohesionó de una manera sólida.

– También es cierto que una parte mayoritaria de la población se adhirió a nuestro relato de defensa de la soberanía nacional y del rechazo a las sanciones, a la violencia política, y también suscribieron nuestra propuesta del diálogo y la paz.

– Y en esto tuvo que ver directamente la firmeza de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

– Sin embargo, este segmento independiente sigue creciendo de manera preocupante y uno de los factores es la lógica economicista, individualista y despolitizadora que se va asentando cada vez más en la población.

2- En segundo lugar, las Redes Sociales, o lo que Ignacio Ramonet llama: La revolución digital.En estos últimos 10 años, las formas del consumo cultural se han transformado de manera tan abrupta que no podemos decir nada concluyente al respecto: salvo que estamos ante un escenario nuevo, con nuevos códigos, lenguajes, tiempos y formas comunicativas, dinámicas sociales, comerciales y del saber. Hay una virtualización de la vida cotidiana y una despolitización cabalgante que suple hoy la cultura de masas y al propio concepto de masas: sindicatos, movimientos sociales, partidos tradicionales, etc. El fenómeno del individuo segmentado, desmovilizado, despolitizado hoy crece a nuestras espaldas. ¿Cómo repolitizar? ¿Cómo hacer hegemónico nuestro proyecto que es cultural, político, ideológico y que se ha propuesto un proyecto de transformación a largo plazo, que requiere ser también una hegemonía electoral? No basta con lo que hacemos, no basta con la comunicación tradicional. Hay que ir a la gente y crear en esos espacios, nuevos códigos comunicacionales.

– Las Redes Sociales, en el ámbito militar, representan una amenaza a la soberanía: ellas son armas que el enemigo ha universalizado para hacer más óptimo el robo de datos, la guerra psicológica y el espinonaje masivo. Por eso, además de dar la batalla por la verdad, debemos construir nuestra propia Red soberana. Nuestros equipos de medición de Big Data que permitan anticiparnos a escenarios de conflictividad.

– Hoy, la propaganda de guerra se mueve por olas de indignación con fines desestabilizadores. Nosotros debemos construir herramientas para predecirlas y neutralizarlas.

3- En tercer lugar, la Pandemia:El Covid cambió las formas asociativas de la humanidad para siempre, la dispersión social se convierte en pérdida de identidad política y, desde la perspectiva electoral, una dispersión del voto, que pudiera ser la causa de una desmovilización política, de la participación social, de la vida partidista, de la activación comunitaria. Hemos sido exitosos en el manejo de la pandemia en el sentido sanitario y ha sido el poder popular la vanguardia del partido, son las misiones territorializadas quienes han garantizado el control de la epidemia. Pero, ¿qué hacer ante un escenario social que se prolongará en el tiempo? Hay que pensar en ello con sentido científico, adelantarnos a los acontecimientos. La revolución debe saltar al futuro y crear el Cambio de Época, teniendo en sus variables nuevas enfermedades similares con impacto social. El abordaje de la salud debe llevar implícito un mensaje de protección a la idea comunitaria, social y colectivista.

– Este cambio y los tres factores que mencionamos, exigen una teorización actualizada, un diagnóstico sobre las formas de gobierno que son pertinentes a los cambios y que nos permitan gobernarlos, imprimirles voluntad y dirección. Adherir estos fenómenos a nuestro proyecto y conectar con la gente en lo real.

2- LA UNIÓN CÍVICO-MILITAR-POLICIAL ES UN PODEROSO MÉTODO ORGANIZATIVO QUE DEBEMOS REIMPULSAR CON UNA AGENDA CIENTÍFICA.

– Los tiempos nos imponen un cambio en todo, los métodos, la estética y la estrategia de gobenanza civil y militar que no puede estar divorciada del objetivo estrategico: la paz social, la estabilidad política y la soberanía territorial.

– El bolivarianismo, como fuerza cultural, es una hegemonía: valores como la independencia, la soberanía, el patriotismo, la paz, la solidaridad, la democracia participativa, el poder popular, son propiamente códigos de nuestra referencia Chavista y Bolivariana. Pero no es suficiente con esto: debemos hacer que esa hegemonía sea también efectiva en el voto. El voto es el acompañamiento del pueblo, la herramienta con la que el pueblo blinda un proyecto democrático revolucionario.

No se trata hoy solamente de ganar la mayoría de los cargos en disputa, la verdadera victoria no se limita a obtener la mayor cantidad de gobernaciones, alcaldías y escaños sino en ganar en volumen de votos: construir la nueva mayoría.

– En esta campaña el enemigo es la desmovilización, la despolitización y el cansacio. Motivar, persuadir y convencer es clave y para eso los candidatos deben hablarles a todos y todas. Hay un país nuevo, que se ha despolarizado y que busca fuera de la pugna partidista espacios para participar. Ese pueblo busca una esperanza.

Nuestro proyecto se basa en una certeza: Fue la Revolución quien sentó las bases de un Estado de Bienestar socialista, las misiones y las políticas de protección fueron posibles porque hubo un cambio: nosotros somos ese cambio. Sólo nosotros podemos hacer más y sólo nosotros lo podemos hacer mejor.

– Afianzar la unión cívico militar es clave, y para eso debemos sumar a nuestra agenda de trabajo datos científicos que nos permitan saber dónde está la gente y qué necesita. Brindarle apoyo y acompañamiento permanente como Fuerza Armada orgánica en el territorio.

– Reimpulsar la inteligencia social es fundamental. Eso requiere vínculos cada vez más estrechos y cambio en el método de trabajo. Es muy importante activarnos en redes sociales como WhatApps, pues éstas son nuevas formas asociativas donde circula mucha información en tiempo real.

Entendiendo los 3 factores del cambio de época y entendiendo también el papel que jugará la gestión y los candidatos a alcalde y gobernadores, el rol de la FANB es garantizar la seguridad territorial. No se descarta que el enemigo actúe de forma violenta para impedir el desarrollo de los acontecimientos electorales donde somos fuertes.

– La estrategia de campaña, el mensaje correcto y el público objetivo son las tres dimensiones que se abordaron en el taller de los candidatos. Ahora debemos sumar 3 niveles de coordinación operativa:

  1. Buen Gobierno: para afianzar y fortalecer al Público objetivo en sus territorios.
  2. Maquinaria: para amarrar el apoyo de la base ampliada.4- LAS ELECCIONES DEL 21N SON CLAVES PARA LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA Y POLÍTICA DEL PAÍS.
  3. Una Campaña eficiente: para crear esperanza y crecer en voluntades.

– Nuestro trabajo consiste en imprimir cambios importantes en nuestra manera de gestionar los conflictos reales y de comunicar nuestras certezas, nuestra lucha, nuestra esperanza. Hoy podemos identificar los problemas reales de la gente y su jerarquía por sectores y territorios: agua, gas, electricidad, combustible, transporte público, vialidad, alimentación, poder adquisitivo, son los problemas a los que tenemos que prestar atención importante.

3- TRAS LAS VICTORIAS POLÍTICAS Y MILITARES OBTENIDAS EL ENEMIGO SE DESDIBUJA, PERO NO DESAPARECE COMO AMENAZA REAL.

– La salida de Trump de la Casa Blanca y el fracaso de su proyecto de Cambio de Régimen en Venezuela (caso Juan Guaidó-Leopoldo López) y de la atomización de la oposción, el enemigo se ha desdibujado, pero no ha desaparecido del todo. Su debilitamiento no lo pone al margen del juego. Debemos estar más alertas que nunca

– Biden parece cada vez más debilitado y en todo caso, más allá de lo que pueda estar sucediendo en el seno del imperio, debemos depender de nuestras fortalezas. Si el enemigo nos da espacio, aprovechémoslo, sin descuidar la retaguardia.

Líbranos del agua mansa, dice la escritura. Nosotros somos invencibles cuando se nos confronta y se nos amenaza de manera explícita, pero hemos tenido debilidades cuando el enemigo se camufla o cuando sencillamente desaparece del juego.

– En este escenario surge siempre el fantasma del enemigo interno y la estrategia del adversario es la de dividirnos. Si nos descuidamos ahora podríamos estar cayendo en su juego.

– No se descarta que los planes sean el boicot silencioso a los servicios públicos, acciones de terror o de impacto antes de las elecciones o, sencillamente, un intento de impedir que el 21N transcurra en paz.

– Nada sustituye la realidad. Nosotros hemos aplastado todas las iniciativas del Imperio: el guaidosismo y la guerra mediática han sido desmontadas por las fuerzas reales de la patria. Y todo ese público objetivo conforma, de un modo o de otro, la fuerza real. Despertemos al voto dormido, acerquemos al voto en fuga, convenzamos a los confundidos, y activemos a los afines, que sólo en nuestro proyecto encontrarán una oferta esperanzadora y la posibilidad real de cambiar y mejorar la reaidad.

4- LAS ELECCIONES DEL 21N SON CLAVES PARA LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA Y POLÍTICA DEL PAÍS.

– Por la vía electoral debemos ganar todas las gobernaciones y alcaldías, para asegurar un escenario de paz social y gobernabilidad.

– Debemos tener un plan de seguridad territorial, de seguridad a todos los candidatos y candidatas, pues el enemigo solo tiene como opción causar conmoción y terror.

– No podemos fallar: el mundo nos estará observando y es el

momento de darle una lección de goberbalididad y de democracia en conjunto.

– Estamos frente a una oportunidad extraordinaria: protagonizar un cambio en el mundo, orientar estratégicamente nuestra simbología, nuestra promesa, nuestra fuerza electoral y nuestra gestión de gobierno.

– FANB en el territorio, con la gente, protegiendo la infraestructura estratégica y garantizando la paz. Eso debe suceder en el marco de un plan bien orquestado y bien direccionado.

– Arrancamos ganando, pero no podemos conformarnos con la fuerza inercial. Debemos imprimir un reimpulso hacia las direcciones correctas: repolarizar, repolitizar y multiplicar la afinidad. Gestión mejorada y gestión comunicada de manera correcta.

– La victoria estratégica: llegarle a los 15 millones de votos potenciales para garantizar la paz.

– En esta elección iremos por delante de la acción, sin interferencias electorales. El gobierno debe lucir y ser eficiente en su campo de acción, de forma paralela a la campaña. Nosotros somos la certeza, los candidatos la esperanza y todos, abanderados con el cambio de época.