D-DS-19 – PALABRAS DEL PRESIDENTENICOLÁS MADURO MOROS EN EL CONGRESO DE LA NUEVA ÉPOCA. – 08 de agosto de 2022.
ABORDAJE:
1. CUANDO EMPEZAMOS A HABLAR DE UNA NUEVA ÉPOCA, LOS SIGNOS DE ESTE CAMBIO TODAVÍA ESTABAN DIFUSOS. HOY SE PUEDE LEER CON MÁS CLARIDAD EN EL SISTEMA MUNDO UNA CRISIS DE PARADIGMAS EN LO ECONÓMICO, POLÍTICO, MILITAR, CULTURAL Y ESPIRITUAL. YA ESTAMOS VIVIENDO EN OTRO MUNDO Y DEPENDERÁ DE NOSOTROS MISMOS EL LUGAR QUE OCUPARÁ LA VENEZUELA BOLIVARIANA COMO POTENCIA EMERGENTE EN ESTA NUEVA GEOPOLÍTICA.
-Cuando nos asumimos revolucionarios, decidimos sumarnos a la dinámica de los cambios históricos como factores de aceleración de esos cambios. Decidimos ser la fuerza orientadora que le imprime a la evolución de la conciencia humana y de su realidad, un ritmo urgente en favor de quienes sufren la injusticia y mueren a causa de ella. Porque ser revolucionario se trata, en todo momento, de encarnar una voluntad de vida. El cambio para un revolucionario no es una palabra vacía que se usa como slogan de una campaña electoral. Para un revolucionario, una revolucionaria, el cambio es una forma de vida, una práctica individual y una condición políticamente permanente.
– Esto nos obliga a vivir de cara a la realidad, leerla, pensarla con criterios empíricos. Esto nos obliga a estar en el mundo prevenidos, atentos siempre a los cambios que la realidad y el propio mundo van expresando en su lenguaje a veces difuso.
-Y esos cambios, por lo general, no encuentran una explicación en nuestras teorías ni se adaptan a ellas. Por eso el comandante Chávez siempre construyó el programa revolucionario en permanente dialéctica, con singularidad, realidad cultural, desde nuestra realidad social y política y abierto a los fenómenos geopolíticos que ya predecía el Libro Azul, con sus análisis del agónico siglo XX y la expectativa por el inicio de uno nuevo, del que poco se sabía y al que pocos le apostaban. El comandante Chávez fue de los primeros en rebelarse al discurso nihilista del fin de la historia y de las ideologías. Sabía que los pueblos del mundo no tolerarían por mucho tiempo la hegemonía, cada vez más tiránica para los pobres, del neoliberalismo.
-Hace unos años comenzamos a estudiar los fenómenos que se empezaban a producir en el mundo y que anunciaban un gran malestar en la economía, en la cultura, en la política, cuyo epicentro es el sistema capitalista globalizado. Y en el año 2020, con la llegada de la pandemia del Covid-19, aportamos una síntesis sobre las tres condiciones que podrían acelerar la crisis global: una crisis más allá de la coyuntura, una crisis de paradigmas. Por una parte el derrumbe silencioso de una economía de mercado, especulativa, profundamente corrupta, viciada; materialmente insostenible. En segundo lugar la fisura en el tejido social, en los valores de la sociabilidad a escala planetaria que se hizo evidente a causa de la primera pandemia del siglo. Se agudizó el individualismo, la disolución de dinámicas sociales forzadas por la seguridad sanitaria. Empezamos a hablar todos de distanciamiento social, teletrabajo, telecompras; en un mundo que por otra parte ha venido virtualizándose con la emergencia de la economía digital y con las nuevas tecnologías de la comunicación. Este es el tercer elemento del que hablamos: las Redes Sociales como factor dominante de la comunicación y la cultura mundial. Y este último factor de las redes sociales es transversal a todos los demás: Estamos en la era de la Infocracia (como lo plantea el filósofo Surcoreano Byun-Chul Han), la era del poder de la información en tiempo real. Una era que acelera el individualismo, el caos de la instantaneidad y la disolución de las verdades.
-Si esto no fuese suficiente para despertar de aquél sueño dogmático del ya viejo y superado siglo XX, tenemos la guerra en Ucrania, que anuncia la irreversibilidad de esta Época nueva llena de incertidumbres y desafíos.
-Esta no es cualquier guerra, acá se están poniendo en juego todos los escenarios: el económico que es de carácter global, el militar que por ahora se mantiene en una esfera localizada pero que ya ha movilizado las doctrinas bélicas que existían hasta ahora por la impactante tecnología bélica demostrada. En el campo de la comunicación es imposible saber qué pasa a causa de tanta saturación de información falsa, estigmatización y ficción de los hechos. Lo que ha producido un cansancio informativo prematuro sobre los hechos que están marcando el devenir de la humanidad. Cultural: se ha normalizado la xenofobia, en este caso contra Rusia, la cultura de la cancelación que es una práctica y una promoción del fascismo. En fin es una guerra total que tendrá un impacto planetario absoluto, que lo cambia todo.
2. EL CAMBIO DE ÉPOCA ES UNA REALIDAD LATINOAMERICANA. HOY VEMOS CÓMO EL PUEBLO COLOMBIANO, DESPUÉS DE UNA AGÓNICA LUCHA CONTRA GOBIERNOS OLIGARCAS Y EXTREMISTAS, LOGRA ABRIR SU CAMINO HACIA LA JUSTICIA, LA PAZ Y LOS DERECHOS HUMANOS. FELICITAMOS AL PRESIDENTE GUSTAVO PETRO QUE AYER SE JURAMENTÓ ANTE LA ESPADA DE BOLÍVAR Y COMO BOLIVARIANO, EXTIENDO MI MANO PARA RECONSTRUIR LA HERMANDAD ENTRE NUESTROS PUEBLOS Y LUCHAR JUNTOS POR LA PAZ DE COLOMBIA Y DE VENEZUELA.
-Ayer, el pueblo venezolano estuvo pegado a la transmisión del emocionante y simbólico acto de juramentación del presidente electo Gustavo Petro y de su vicepresidenta Francia Márquez. Cilia y yo estuvimos atentos desde la casa a los actos culturales, a la innovadora puesta en escena, a los poderosos discursos tanto del presidente Petro, primer mandatario de izquierda en Colombia (como le ha denominado la prensa mundial,) así como de la vicepresidenta electa Francia Márquez, primera mujer afrocolombiana en ocupar este lugar en la historia colombiana. En verdad que lo que vimos ayer no fue un simple acto protocolar: fue el inicio de un nuevo ciclo, los primeros pasos para la superación del oscurantismo, de la guerra, de la injusticia.
-El presidente Petro habló de una segunda oportunidad para Colombia. Oportunidad para un cambio profundo donde la prioridad es y será sanar las heridas de la guerra. Romper con la maldición de la venganza que no ha hecho más que profundizar la guerra y forjar un país de víctimas y victimarios. El cambio, dijo el presidente Petro, consiste en dejar el odio atrás. La paz como gran eje de la reconciliación y el acuerdo nacional aunado a la política de justicia social. Justicia que ponga fin a la explotación que tiene sus raíces en el esclavismo feudal. Fíjense que Petro habla en su programa de sacar a Colombia de la premodernidad y esto pasa por una transformación económica. No es casual que en su visión predomine el concepto de una transformación de la vieja Colombia hacia la idea de nueva potencia en todos los sentidos. Este es el espíritu que da impulso a los cambios profundos que se gestan en la política latinoamericana de cara a un nuevo mundo.
-Cada proceso es diferente. Lo vimos en la llamada primera ola progresista, con el comandante Chávez a la cabeza junto con Lula, Néstor Kirchner, Correa, Lugo, Evo Morales. Fidel estaba allí desde siempre como un visionario. Fue un momento estelar para el Sur: este poderoso subcontinente que logró unirse en tiempo record y construir un nuevo eje para el mundo multicéntrico y pluripolar. Para el equilibrio universal del que hablaron Bolívar y José de San Martín hace 200 años ya. Pese a las singularidades de cada país, de cada proceso, lo dominante fueron las coincidencias: pensar desde el sur, actuar desde nuestras realidades comunes para el bien de nuestra comunidad geográfica. De ahí nacieron CELAC, UNASUR, el ALBA.
-Hoy, Colombia empieza a transitar su propio camino, con una agenda propia que corresponde a las prioridades de este pueblo admirable. Nosotros, como proceso de cambio, como Revolución Bolivariana singular que somos, vemos las coincidencias que pueden servirnos para reconstruir los lazos de hermandad, los lazos históricos, las relaciones geoestratégicas que jamás debieron romperse. Y estamos seguros de que vendrán más cambios en la región y las condiciones volverán a favorecer el proyecto de integración que puso su piedra fundacional con el inicio del siglo XXI.
-Como bolivariano, como amante de la historia de nuestras Patrias tricolores, que es una sola en el fondo, ayer me llené de esa esperanza que brilló en los ojos de todo ese pueblo que asistió a la “Plaza de Bolívar” en Bogotá. La Vicepresidenta Francia Márquez añadió a su juramento la presencia de los “ancestros y las ancestras”, y honró la memoria de las víctimas de la guerra, jurando por ellos y ante ellos su lucha para que la dignidad se haga costumbre. Es tan sencillo en el fondo explicar el propósito de nuestros proyectos y a veces tan difícil de entender, porque las oligarquías se empeñan en detener el paso de lo inevitable: los pueblos tarde o temprano tomarán el poder para salvaguardar a nuestras sociedades.
-Leí en la revista Rolling Stones un reportaje titulado “El defectuoso legado de un perfeccionista”, donde se muestran datos dolorosos del país que hizo y dejó Duque; donde citan un informe presentado por el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz – Indepaz, según el cual, el saliente gobierno deja como saldo 957 líderes y lideresas asesinados, 313 masacres, 220 casos de desaparición forzada, 261 firmantes del acuerdo de paz asesinados, 545 eventos de desplazamiento forzado, 555 secuestros, entre otros números que de tanto contarlos pierden la dimensión del derramamiento de sangre que representan (dice la fuente).
– Es simbólico que la última orden que dio Duque fue prohibir los símbolos bolivarianos en el acto. Y que la primera orden del presidente de Colombia Gustavo Petro fuese restituirlos: mandó a traer la Espada del Libertador para jurar ante ella. En ese pequeño detalle está resumida la poderosa diferencia que marcará el camino de Colombia hacia la paz, la justicia y la dignidad. Es el fin del oscurantismo y el inicio de las luces y la moral colombianas.
-Con esa emoción del momento y con la certeza de que se ha instalado en Nariño un gobierno justo, democrático, amante de la paz y propio de la Nueva Época, envié un mensaje desde el corazón; un mensaje que grabó mi esposa Cilia, tendiendo mi mano por la hermandad, por la paz de nuestros países, por la integración y el progreso de nuestros pueblos. Que viva Colombia la grande.
3. CON LA BRUTAL GUERRA ECONÓMICA Y CULTURAL, APLICADA CONTRA NUESTRO PUEBLO DURANTE ESTOS ÚLTIMOS 8 AÑOS, PODEMOS DECIR QUE UNA VENEZUELA SE VINO ABAJO: LA VENEZUELA DEPENDIENTE, EL VIEJO MODELO RENTISTA. OTRA VENEZUELA, EN CAMBIO, SE LEVANTÓ FORTALECIDA Y SE HIZO VISIBLE: LE CORRESPONDE A ESTE CONGRESO ENTENDERLA Y PENSARLA DESDE SU REALIDAD CONCRETA Y EXTRAER DE ESA EXPERIENCIA DE RESISTENCIA NUESTRA PROPIA TEORÍA SOCIAL, POLÍTICA Y ECONÓMICA DEL SOCIALISMO BOLIVARIANO. ¡ADIÓS A LOS VIEJOS MANUALES DOGMÁTICOS! VAMOS A CREAR LA NUEVA FILOSOFÍA DE LA IZQUIERDA DE VERDAD PARA UN SIGLO XXI QUE APENAS ESTÁ NACIENDO.
-Desde el punto de vista económico, este cambio de época para nosotros representa mucho más que el colapso del modelo capitalista mundial: al estar ocho años bajo sanciones criminales que nos excluyeron del sistema de mercado, esta crisis la vemos con cierta ventaja y con un nivel de complejidad muy agudo: 1) ya hemos logrado construir una alternativa nacional al modelo, que funciona bajo un esquema original, propio de nuestro socialismo en construcción. 2) sobrevivimos a la dependencia petrolera y a la economía de puertos: dos debilidades que nos mantuvieron vulnerables en las diferentes crisis coyunturales del sistema financiero mundial. Esto supone un cambio de actitud y de conciencia en el sector productivo en tiempo record.
-Desde el punto de vista social y cultural, llevamos más de dos décadas reconstruyendo nuestro imaginario, nuestra consciencia, nuestra autovaloración. Dos décadas creando una interpretación nueva y fuerte de la historia patria. Recuperamos la épica nacional desde lo afectivo hasta lo ideológico. Una épica que habían borrado alevosamente para instalar una memoria de corto plazo, pertinente al modelo consumista y rentista que se impuso con fuerza durante la IV República. Nuestro carácter nacional se vino fortaleciendo en estos años de autodescubrimiento, de liberación simbólica y de construcción ideológica. Esto no fue espontáneo: fue el primer paso de la revolución bolivariana con el comandante Chávez al frente, retomando las banderas olvidadas del bolivarianismo en lo nacional y del socialismo en lo internacional. De manera que, quienes protagonizamos desde cualquier trinchera de lucha el proceso de refundación de la República, tenemos una voluntad nacionalista arraigada, un ideal nacional fortalecido y una experiencia política consolidada.
-En lo comunicacional, no creo que exista un pueblo tan preparado para entender las dinámicas del poder hegemónico que se ponen en juego en el mundo de la información, los contenidos, las narrativas y la propaganda de guerra. Fuimos el primer país en derrotar el experimento del golpe mediático en el 2002 y de los primeros en crear leyes y condiciones para una libertad de expresión real, popular, al margen de los intereses de las corporaciones de la comunicación.
-Me refiero a que estamos preparados desde la experiencia real, para encarar estos cambios tecnológicos, simbólicos, conceptuales y filosóficos que entraña esta Nueva Época. Pero debemos convencernos de que las certezas y los métodos que nos han resultado favorables en un momento, hoy tal vez sean insuficientes para las nuevos retos, los nuevos problemas, los nuevos adversarios.
-De ahí que este congreso tiene la responsabilidad histórica de interpretar al pueblo venezolano, que es el gran vanguardista de esta nueva épica, su capacidad de resiliencia, de reinvención y de concreción de una nueva cultura económica, de una nueva consciencia nacional y de una nueva idea de la justicia, de la política y del socialismo.
– Olvidémonos de los manuales y de los ideólogos que escriben y piensan al margen de la realidad, de ellos no saldrá lo nuevo; de esas interpretaciones sesudas y eruditas, criticadas por Marx en las 11 tesis contra Feuerbach, no vendrán las transformaciones del mundo.
-Ustedes son una expresión de que se está construyendo desde la práctica un mundo nuevo con reglas nuevas, con lógicas diferentes, con sujetos reales, en territorios concretos. Necesitamos una nueva teoría del socialismo, de la economía, de la comunicación, de la geopolítica. Una nueva idea de la izquierda. ¿Qué significa ser de izquierda en esta nueva era?
-Tenemos que ir más allá de las dialécticas europeas y ser dialécticos con nuestras propias contradicciones. Pensar soberanamente, creativamente en este momento y en este lugar. Para este momento y para este lugar. Desde este lugar y desde este momento de crisis y de incertidumbres.
-Debemos construir nuestros paradigmas en un mundo pos-occidental, donde el Sur comenzará a marcar la pauta de las economías y donde es necesario que también lo haga desde el punto de vista cultural, espiritual e ideológico.
4. LA ERA BICENTENARIA 2022-2030 NOS AMPLÍA EL HORIZONTE PARA SEGUIR CULTIVANDO VALORES PATRIOS, IDEAS REVOLUCIONARIAS Y PRÁCTICAS LIBERADORAS. LA NUEVA ÉPOCA, DOMINADA POR LAS REDES SOCIALES, TRAE CONSIGO UNA FORMA DE COLONIZACIÓN DIGITAL: LA DESPOLITIZACIÓN DE LA VIDA COLECTIVA POR LA VÍA DE LA BANALIZACIÓN Y EL ESCEPTICISMO GENERALIZADOS. TENEMOS QUE ASUMIR ESTA DIMENSIÓN CULTURAL DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA, POR UN CIUDADANO CONSCIENTE DE SU IDENTIDAD COMUNITARIA Y DE SU PAPEL EN EL DESTINO COLECTIVO.
– Una de las grandes interrogantes que tenemos por contestar es qué tipo de individuo, desde el punto de vista moral sobre todo, ético, se está fraguando en estas condiciones que impone la Nueva Época. La cultura individualista, narcisista que promueve la nueva industria cultural de las redes sociales parece apostar por un sujeto sin territorio, sin historia, sin identidad nacional. Un ciudadano apátrida, como valor de modernidad, que pertenece a todos los lugares y a todas las culturas al mismo tiempo.
-Ese sujeto, que además no participa de una vida social real, que no hace vínculos con su familia, mucho menos con su comunidad. Que no milita en ninguna causa concreta, que no se moviliza físicamente por nada y descree de todo lo que ve, oye y pasa a su alrededor.
-Que vive en una burbuja de iguales y que por eso mismo se cría reacio al conflicto de las diferencias, que no se forma para tener una relación con el otro sino que procura sustraerse de cualquier comunidad diversa que le convoque y ya no siente empatía por la diversidad.
-Acá hay un peligro real: una fuerza ideológica despolitizadora y deshumanizadora que se aplica a los niños con el fin de cambiar a la humanidad, convenientemente, a un modelo de explotación y control que tendrá su asidero en lo digital.
-La Nueva Época, desde el punto de vista de la revolución, debe ser la época de los valores más elevados de humanidad: armonía entre hombre y naturaleza, entre los seres humanos desde la interculturalidad, desde el diálogo de civilizaciones, desde la visión complementaria de las diferencias de cualquier tipo. Es un nuevo tipo de humanidad del que estamos hablando.
-La corrupción, que es una de las peores taras humanas a superar en el campo espiritual, en el campo de las ideas, debe ser abordada acá como un problema antropológico, un problema sociológico y un problema del propio modelo que vamos creando.
-Abro un paréntesis para referirme a un revolucionario que, luego de dejar la lucha armada, dedicó su vida de madurez a la educación, a la formación de espíritus libres. Me refiero a Carlos Lanz, amigo de lucha y de vida que estuvo a mi lado en los tiempos más difíciles, buscando alternativas para volver a la agricultura para enseñar a los niños a sembrar, para rescatar el conuco. En fin. Un hombre íntegro, de fidelidad a la idea nacional, al pueblo en resistencia y a esta revolución. Me consta, porque me acompaño siempre. Ese hombre, que es un ejemplo, fue vilmente, atrozmente, salvajemente asesinado por su pareja, corrompida en alma y deshumanizada por los antivalores del dinero fácil, de la vida opulenta y frívola. Este crimen abominable representa para mí la lucha de la podredumbre capitalista, de la bestialidad que engendra el capitalismo que todo lo justifica por el dinero, contra el nuevo hombre, la nueva mujer, que lucha contra cinco siglos de imposición cultural para dar muestra de que el ser humano puede ser noble y puede ser íntegro. Pese al hecho inhumano, monstruoso, no ganó ni ganará jamás el demonio capitalista y sus engendros malignos.
-El pueblo venezolano cristiano, revolucionario, ha rechazado esta abominación (que algunos aún, de la misma calaña de los asesinos, quieren aprovechar como capital político) y le ha rendido honor y gloria a Carlos Lanz: el revolucionario que vivió y murió de pie, como el ejemplo que debemos seguir.
-Construyamos en esta Nueva Época con las herramientas que tenemos a la mano, con nuevas códigos y nuevas estéticas, pensando en los niños, en los jóvenes, el modelo de humanidad al que aspiramos. Ese modelo que está hecho, como decía el Che, de los más altos sentimientos de amor por la vida, la justicia y la libertad.
– Repoliticemos la vida colectiva desde nuevos preceptos, hay muchas luchas que librar desde el punto de vista de la justicia: la lucha por el ambiente, por las ciudades amables, por la convivencia entre la diversidad sexual, por los derechos de las mujeres, por las nuevas posibilidades del arte, por una ecología humana que nos garantice la felicidad con valores.
-Como decía Alí, ayudemos “a ser humana a la humanidad”. ¿Cómo? reinventándola, revolucionando la esperanza.
5. ESTE CONGRESO DEBE UNIR A TODO EL QUE PUEDA SER UNIDO Y CONSTRUIR UNA MAYORÍA NACIONAL EN EL SENTIMIENTO DE AMOR Y DEFENSA DE LO NUESTRO. EL TRABAJO ESENCIAL DE CADA UNO DE LOS SECTORES CONSISTE EN FUNDAR UNA CONCIENCIA NACIONAL, DE PATRIA, DE AMOR POR EL PAÍS, QUE SE SOBREPONGA A LAS PEQUEÑAS DIFERENCIAS QUE PUEDAN EXISTIR. MÁS ALLÁ DE LOS PARTIDOS, DE LAS IDEOLOGÍAS INCLUSO, DEBEMOS SER PARCIALES POR VENEZUELA. VAMOS A REINVENTARNOS COMO NUEVOS VENEZOLANOS Y VENEZOLANAS, ASUMAMOS EL RENACIMIENTO DE NUESTRA ESPIRITUALIDAD Y ESCRIBAMOS EL GLORIOSO FUTURO QUE NOS MERECEMOS.
-Siempre he confiado en el pueblo. Por esa confianza en el pueblo me hice Chavista y consagré mi vida militante a acompañar al comandante Chávez cuando aún estaba preso en Yare y soñaba con la revolución. Porque fue el pueblo, y no la hoy izquierda exquisita, quien dijo sí al Chávez del por ahora. Fue ese pueblo que se levantó el 27 de febrero quien estuvo a su lado, quien confió en él siempre. Doy gracias a Dios por haber tenido esa claridad popular entonces.
-Cuando el comandante me dio el testigo aquella vez en el Palacio de Miraflores, sólo tenía una certeza: el pueblo acompañará esta revolución en todas las circunstancias. Por eso nunca he dejado de convocar, de consultar, de escuchar al pueblo. Desde los primeros gobiernos de calle hasta el día de hoy hemos creado los mecanismos para estar conectados con el pueblo, y ha sido el poder popular organizado quien nos ha dado los aportes fundamentales para corregir y cambiar todo lo que debe ser cambiado.
-En el año 2016, cuando apenas se insinuaba el bloqueo formal contra nuestro país pero ya al calor de una guerra económica brutal, convoqué al Congreso de la Patria con el fin de construir una cultura posrentista, un método para la diversificación de la economía y un sistema de protección para el pueblo, vulnerado ya como estaba nuestro Estado de Bienestar por la vía de la guerra a la moneda, a la comida. De este Congreso salieron los primeros Motores de la economía, de allí surgió también la idea de los CLAPS y el Carnet de la Patria. El gran saldo de este congreso, en lo político, fue la unidad del pueblo, sin la cual no podríamos tener jamás una revolución, una patria, una esperanza.
-En el 2021, año de recuperación económica y moral, llamamos al Congreso Bicentenario de los Pueblos con el fin de convocar un renacimiento del espíritu nacional. La base moral, ideológica y política más allá de la coyuntura. Las heridas de la guerra económica son profundas y produjeron un daño importante en la venezolanidad a causa de la persecución salvaje a nivel internacional. Estábamos en plena pandemia y era necesario reafirmar nuestra vocación social, nuestra cohesión como pueblo para enfrentar la pandemia, las amenazas contra nuestra Patria, que no han cesado, y reafirmarnos como venezolanos y venezolanas para recibir una fecha significativa para la patria: el Bicentenario de la Independencia. Allí en ese Congreso se hizo visible, me atrevo a decirlo, un nuevo venezolano y venezolana, unida en espíritu y en consciencia nacional.
-Este nuevo Congreso tiene el propósito y el histórico deber de proyectar hacia el futuro nuestras potencialidades materiales y espirituales, uniendo a todos y a todas por encima de las pequeñas diferencias, en un programa de futuro: el futuro de una Venezuela potencia en lo económico, en lo científico, en lo tecnológico, en lo cultural.
-Tenemos que preparar una agenda concreta desde los movimientos sociales, donde la prioridad sea la recuperación absoluta de nuestras fuerzas como nación para posicionarnos en el nuevo mundo, de tú a tú con las potencias emergentes. Lo tenemos todo y todo depende de nosotros mismos.
-Los sembradores de ceniza, como solía llamar Augusto Mijares a los criollos anti-patria han sucumbido y si un lugar ocupan en el país, es el de la vergüenza. Pero debemos estar atentos a otras formas de distorsión de nuestra subjetividad nacional y tiene que ver con la promoción de un individuo desinteresado en la política, en los asuntos sociales, en la participación de la realidad nacional. Debemos ser capaces de re-enamorar a los desencantados, de entusiasmar a quienes jamás han vivido la magia de la creación política y de unir a quienes por narcisismo, egolatría o incomprensión han preferido ser cola que cabeza de ratón. Siempre será más digna la vida si estamos unidos a otros y triunfamos en colectivo.
-Vamos pues a escribir la Nueva Época, vamos a pensar el futuro, vamos a crear lo nuevo y a cambiar lo que por ley misma del cambio amerita ser cambiado.
-Seamos diversos, alegres, irreverentes, innovadores, creativos, plurales, incluyentes, pero definitivamente parciales por nuestra Patria.
-Encarnemos con orgullo la responsabilidad de ser la generación Bicentenaria 2022-2030.